El estudio fue publicado este jueves 29 de marzo de 2018 en la revista académica Scientific Reports y respalda una de las principales teorías que se han esgrimido sobre esta práctica. Foto: Flickr / Jaysin Trevino
Si eres de los que les gusta hacer tronar sus dedos, probablemente lo tienes como tic nervioso y rara vez te has parado a pensar en por qué suenan así. Por insignificante que parezca, es un tema que se viene estudiando desde hace varias décadas, pero hasta ahora no existía un consenso sobre cuál es el origen de este sonido.
Ahora, un modelo matemático pudo haber despejado las dudas de la comunidad científica. El estudio fue publicado este jueves 29 de marzo de 2018 en la revista académica Scientific Reports y respalda una de las principales teorías que se han esgrimido al respecto.
Desde los años 70, varios estudios se habían enfocado en la parte anatómica de este misterio. Estas investigaciones se habían realizado con el fin de entender los procesos biomecánicos de las articulaciones de los dedos al producirse estos sonidos.
Mediante estas investigaciones, y con el pasar de los años, se llegó a una principal teoría: el ruido de los nudillos se produce cuando colapsan pequeñas burbujas del fluido sinovial de las articulaciones. Esto es una materia blanca y viscosa que cumple la función de reducir la fricción del cartílago articular; es decir, previene el desgaste de tus articulaciones por el constante roce al que están expuestas.
Sin embargo, existen otros estudios –como uno publicado en la revista PLOS One (2015) por la Universidad de Alberta de Canadá – que apuntan a que estos ruidos podrían generarse con la formación de estas burbujas, en lugar de con su ruptura.
Pero el modelo matemático desarrollado por investigadores de la Escuela Politécnica de Palaiseau en Francia y la Universidad de Stanford en Estados Unidos sugiere que la teoría correcta es la primera.
Este nuevo estudio se enfoca en un modelo de dinámica de fluidos y considera que la “firma acústica” (firma se refiere a marca o huella) de la simulación de esta burbuja coincide con la magnitud y la frecuencia de los sonidos emitidos y registrados en experimentos anteriores.