La ‘leyenda urbana’ de los polos opuestos que se atraen, cuando se trata de parejas, no siempre se cumple. Foto: Pixabay
Las diferencias pueden resultar un imán en el momento de entablar una relación. Por ello no es extraño observar parejas que, a simple vista, resultan disparejas. Es entonces cuando se alimenta la ‘leyenda urbana’ de que los polos opuestos se atraen.
Para desmenuzar los intrínsecos motivos que harían que un barcelonista se enamore de una liguista, solo a manera de ejemplo, hay que entender que la idea de la atracción de polos está relacionada- en términos psicológicos- con necesidades no cubiertas. Es decir, no es tanto una cuestión de oposición sino más bien de diferencias, en donde existe una complementación mutua.
El psicólogo Pablo García aclara que el concepto de la palabra pareja es erróneo, pues siempre se es “disparejo”. Desde esa lógica las diferencias resultan saludables ya que permite crecer en varios aspectos.
Tomando nota de que no hay receta para el funcionamiento de las parejas, Laura Salvador, psicóloga también, acota que esto puede responder a una atracción física, emocional. Estar con una persona distinta podría representar también un desafío o un reto. Sin embargo, para que funcione, debe existir una comunión de valores personales, compromiso y madurez emocional.
Para seguir con los ejemplos, lo dicho por Salvador aplica en caso de que una persona se identifique con la monogamia, pero es atraída por una polígama. Si ese valor es céntrico en la vida de uno de los miembros de la pareja, difícilmente llegará a buen término.
He ahí la importancia de los acuerdos. En palabras de García, se precisa de una comunicación abierta, en donde ambos sientan libertad de expresión. La idea es abrirse a experiencias que enriquezcan y complementan a los integrantes de la relación.
Si bien la edad no es un condicionante, hay mayor probabilidad que los adolescentes, jóvenes, asuman el desafío de los polos opuestos, por el ímpetu y adrenalina propia de esa fase de la vida. En cambio, aunque también pasa en la adultez, la gente grande se vuelca por la estabilidad, con el fin de consolidar un proyecto sólido, con base en cosas en común. Ese es el punto de vista de la psicóloga Salvador.
Como dice el dicho “en gustos y colores nada opinan los doctores”. La clave para que la relación camine, ya sea con un opuesto o igual, es proyectarse planes en común en donde ambos se sientan cómodos.