La célula yihadista desarticulada esta semana en el noreste de España pretendía secuestrar a una persona, vestirla con un mono naranja y degollarla mientras lo grababan al estilo de las ejecuciones perpetradas por el Estado Islámico (EI).
Pretendían demostrar que lo mismo que se hace en Irak y Siria se puede hacer en un país de Occidente, informaron hoy, 10 de abril, fuentes de la Fiscalía de la Audiencia Nacional española.
La célula, autodenominada Fraternidad Islámica para la Predicación de la Yihad, liderada por uno de los detenidos, conocido como el peluquero Alí, y para la que ya habían diseñado un logotipo (una metralleta y un machete), planeaba también, a efectos de financiación, secuestrar a la directora de una entidad financiera para pedir un rescate, según las mencionadas fuentes.
Todos estos planes se encontraban en “fase embrionaria”, ya que ni siquiera tenían el mono naranja con el que pretendían vestir al secuestrado para degollarle.
No obstante, los detenidos contaban ya con un “arsenal bélico” compuesto por una granada en perfecto estado, armas de fuego, cuchillos de grandes dimensiones, un machete guardado en un estuche, así como manuales manuscritos para la fabricación de artefactos explosivos. Además se hallo material explosivo como azufre y nitrato potásico.
A más de las acciones contra personas, los detenidos planeaban también atentar contra edificios públicos y privados y para ello tenían fotografías del Parlamento de la región de Cataluña, en Barcelona, de la comisaría general de Policía en las ciudades de Sabadell y Barcelona y del hotel Plaza de la capital catalana, tomadas desde diferentes ángulos.
Esta célula, a la que los agentes de Policía española vigilaban desde hace más de un año, comenzó centrada en la captación, adoctrinamiento y reclutamiento de yihadistas para su envío a Irak y Siria para ingresar en las filas del grupo terrorista Estado Islámico.
Pero cuando tres de los enviados españoles fueron detenidos en Bulgaria, optaron por dar “un paso más allá” y atentar en España, según las fuentes de la Audiencia Nacional española, el tribunal que juzga los casos de especial relevancia.
Entre los once detenidos se encuentra un menor, de 17 años, que, según las mismas fuentes, estaba totalmente implicado en estas operaciones que planeaba el grupo, mientras que los cuatro españoles conversos que lo integraban habían tenido una radicalización muy rápida, especialmente el cabecilla, Alí el Peluquero, que pasó en un año a ser islamista radical.
La Fiscalía califica de “muy importante” esta operación, ya que por primera vez se ha desarticulado una célula yihadista que había llegado a dar pasos para planear atentados concretos en España y pide el ingreso en prisión para siete de los once detenidos.