Ni en Ecuador ni en Alemania. Los Yasunidos y una comisión de siete diputados del Bundestag alemán lograron reunirse en zona neutral. La tarde de ayer, luego de un intento frustrado en Quito, por un viaje de los parlamentarios que el gobierno ecuatoriano bloqueó, ambos grupos mantuvieron una charla privada, en la cafetería de un hotel del centro de Lima.
Todos llegaron a la capital peruana por el mismo motivo: el cambio climático. Viajaron a propósito de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP 20 y de las actividades paralelas de la Cumbre de los Pueblos y Voces por el Clima.
Los ecuatorianos tenían mucho que decir y los alemanes estaban dispuestos a escuchar. La comisión de Ambiente del parlamento de ese país apoyaba la idea de comprometer fondos para la iniciativa Yasuní ITT, para dejar el petróleo bajo tierra, pero según su presidenta, Bärbel Höhn, su Gobierno optó por financiar proyectos específicos. Por eso, el grupo estaba interesado en conocer la situación actual del Yasuní y conversar con todas las partes involucradas en la polémica a raíz del fracaso de la iniciativa.
La reunión estaba pactada para las 15:00. Patricio Chávez e Ivonne Yánez esperaban al grupo con otra yasunida que prefiere no hacer público su nombre. Los siete congresistas y un grupo de ambientalistas alemanes llegaron con alrededor de 40 minutos de retraso.
Los activistas ecuatorianos conversaban y revisaban celulares y computadoras. Acordaban las últimas actividades que tenían previsto realizar en Lima. Yánez viajó ayer , 11 de diciembre, de regreso a Quito y Chávez y el resto del grupo lo harán a partir de esta tarde. La demora no les preocupaba. Sabían que la reunión se concretaría.
Ellos decidieron que el encuentro sería en privado. Preferían conversar sin interferencia alguna con los parlamentarios. Cuando los alemanes llegaron, se disculparon por la demora. El complicado tránsito vehicular de Lima sumado a la amplia agenda de actividades en la ciudad por estos días no les permitió llegar a tiempo. Lo hicieron en inglés y en alemán, pero finalmente acordaron que cada grupo hablaría su propio idioma. Una intérprete facilitó la charla. Prefirió no decir su nombre, porque, según ella, un traductor debe ser anónimo. ¿Es como si yo no estuviera aquí? Sí, algo así, dijo, al final de la reunión.
Fue una cita cordial. Juntaron tres mesas de la cafetería del hotel y acomodaron sillas alrededor. Permitieron que este Diario registrara algunas fotografías del encuentro antes de empezar.
La charla duró algo más de una hora. Al final, desde un piso más abajo se escuchaban risas y planes de verse de nuevo en un futuro cercano.
Alemanes y Yasunidos tenían previsto caminar un poco y cruzar la calle hacia el parque de la Exposición, sede de la Cumbre de los Pueblos, para continuar con sus actividades programadas por separado.
Los diputados salieron primero. No pusieron reparos a una breve entrevista con este Diario. Höhn fue la vocera elegida y ella afirmó que intentarán programar nuevamente una visita al Ecuador el año entrante. Tanto a ella como al resto de la delegación les extrañó saber que el país había impedido su ingreso. Es una situación inusual y sin precedentes, dijo, con el fondo de una banda de rock que se presentaba en uno de los escenarios de la Cumbre, alrededor de las 17:00. El grupo se mostró distendido. Accedieron a posar para una fotografía y continuaron con su camino.
Yánez salió de la reunión unos minutos antes de que terminara, porque debía ir al aeropuerto para tomar su vuelo. Chávez y su compañera de activismo fueron al parque minutos después, para contar al resto de Yasunidos sobre el encuentro.
Para ellos fue importante que los congresistas los hayan escuchado. Consideran que en Ecuador ya agotaron todos los recursos de diálogo y creen que solo una veeduría internacional garantizaría que lo que quede del petróleo del Yasuní permanezca bajo tierra.