Un nuevo episodio de presión inaceptable a la prensa se vive en Venezuela. Esta vez El Nacional, Tal Cual y La Patilla afrontan una demanda nada más ni nada menos que del casi ‘todopoderoso’ Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional.
El diario ABC de Madrid publicó una información sobre una supuesta investigación en una fiscalía de Nueva York de presuntos lazos del alto dirigente chavista con el cartel de drogas de los Soles.
Cabello anunció por su cuenta de Twitter – el balcón político y mediático de los tiempos- , la demanda contra dueños, accionistas, directores y consejos editoriales de los medios venezolanos que se hicieron eco de la información.
El ataque a los medios privados, independientes o críticos ha sido una constante del gobierno de Hugo Chávez y de su sucesor Nicolás Maduro. Radio Caracas Televisión dejó de emitir, Globovisión pasó de manos, los programas periodísticos críticos desaparecieron de la TV y muchos periodistas incisivos ya no aparecen. Paralelamente, la revolución autotitulada bolivariana fue fomentando medios afines con pautas millonarias y portavoces que se convierten en altoparlantes para divulgar la ‘verdad oficial’, alabar y magnificar al régimen. Es un estado de propaganda.
El Grupo de Diarios América GDA, reunido esta semana en Puerto Rico, repudió la demanda de Cabello y Se solidarizó con Luis Otero, principal de El Nacional de Caracas y socio del GDA. Se escuchó la voz de Luis Miró Quezada, de El Comercio de Lima; María Eugenia Ferré, presidenta entrante del grupo; Armando González, de La Nación de Costa Rica, y Luis Ferré, de El Nuevo Día de Puerto Rico.
Maduro pretende impedir la entrada de Felipe González, expresidente socialista del Gobierno Español a cuyo país atacó con violencia verbal el Presidente de Venezuela. González quiere mediar por los presos políticos que Maduro tiene en la cárcel. Muchos mandatarios del continente se callan.