Redacción Sierra Centro
En el volcán Tungurahua los bramidos no disminuyen y las emisiones de ceniza son constantes.
Ayer, el coloso arrojó columnas de ceniza y vapor que alcanzaron los 500 m de altura. Se reportó caída de ceniza en las comunidades El Manzano, Bilbao y Chonglontus, ubicadas en la provincia de Chimborazo. En Ambato se siguen escuchando los bramidos por las noches.
Ayer, los técnicos del Instituto Geofísico, que monitorean al volcán en la Base Guadalupe (Patate), recorrieron los alrededores del Tungurahua para tomar muestras de ceniza.
Esta labor se complementa con los reportes que a diario envían los 15 vigías. Ellos viven en las zonas de alto riesgo. Por la reactivación, el Comité de Operaciones de Emergencia de Tungurahua (COE) solicitó a la Secretaría Técnica de Gestión de Riesgos el cambio urgente de los equipos que utilizan los vigías.
Los celulares, las radios y las baterías están vetustos. Fueron entregados en 2001. Ese año la Defensa Civil desarrolló el Sistema de Alerta Temprana.
Según Carlos Sánchez, vigía en el sector Ventanas Runtún, a 2,5 km de distancia del volcán, los equipos están viejos. “En mi caso, la batería se descarga a diario. Esto preocupa porque el volcán otra vez está en actividad”.
Sánchez aseguró que los otros vigías también tienen problemas con los equipos. En el caso de los celulares, los números de las teclas están borrosos.
Para Marco Bombón, miembro del COE de Tungurahua, también es necesario realizar un mantenimiento inmediato en la repetidora de Llimpe, en el cantón Pelileo. En el momento hay dificultad para transmitir por radio la información desde las comunas hasta la Base Guadalupe.
Patricio Ramón, técnico del Instituto Geofísico, califica como fundamental la labor de los vigías. “Son nuestros ojos y oídos en las zonas cercanas al volcán”.