Redacción Manta
En Manta se espera la implementación del primer museo etnográfico que tendrá la ciudad. Ahora, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) recupera un hotel en el centro, lugar donde se instalará el museo.
Las obras
En las fachadas y entrepisos de madera, los técnicos utilizaron maderas de tipo duro, como guayacán, chanul, colorado y tangaré.
Los tumbados originales de la casona fueron pintados por artistas franceses. En Manta se dice que aquellos llegaron desde Europa exclusivamente a realizar ese trabajo.
Hace 91 años, este inmueble fue construido por uno de los potentados de la zona, de apellido Azúa. Fue un regalo para una de sus hijas, por sus 15 años.
Luego, la casona de cuatro fachadas fue adquirida por Pedro Quiles, un español residente en Manta, quién la convirtió en el hotel Aragonés. Desde hace un año, técnicos del INPC iniciaron los trabajos de rescate del inmueble, con una inversión de USD 240 000.
Luis Erazo, un comerciante quiteño que reside en Manta desde hace 60 años, dijo que antes la casa quedaba a orillas del mar. “Las olas entonces chocaban casi al pie de la casona, había un muro de piedra y el agua salpicaba hasta la segunda planta y en algunas ocasiones ingresaba a las habitaciones”.
Erazo cree que el mar ha retrocedido más de un kilómetro en este tiempo. “Era todo un espectáculo cuando el océano estaba tierra adentro”.
Los amplios balcones centrales de la edificación fueron utilizados como tarima para los políticos de la época. Erazo tiene un puesto de venta de revistas y periódicos locales y nacionales, frente al hotel Aragonés.
Él dice que aún se acuerda de las dos ocasiones en las que presenció discursos pronunciados por el ex presidente de la República, José María Velasco Ibarra, quien se instalaba en esos balcones. Según Erazo, Velasco Ibarra se paseaba entre los balcones para dirigirse a sus seguidores que rodeaban la casa.
El trabajo del INPC se concentró, en su primera fase, en la rehabilitación integral de la casona. La reconstrucción respetó los elementos originales.
Ahora están listas las fachadas, la estructura, las paredes y el entrepiso de madera. La arquitecta Lilian Ricaurte, del grupo de técnicos que labora para el INPC, dijo que los trabajos que se iniciaron en junio del 2008 se focalizaron en la recuperación de la estructura y memoria histórica del inmueble.
Todo apuntaba a estabilizar la edificación que había sido sometida con el paso de los años a múltiples modificaciones. Alfredo Moreira, funcionario del INPC, comentó que se trabaja en la supervisión de lo que se ejecuta en casa hotel Aragonés.
Punto de Vista
Jacqueline de Munizaga/ Activista cultural
Ahora buscamos objetos antiguos
Esto es un sueño hecho realidad. Desde hace ocho años un grupo de personas venimos trabajando para lograr el rescate de la casona y la elaboración del proyecto para el museo.
Hasta la fecha hemos recibido donaciones de 30 objetos antiguos (máquinas de escribir, calculadoras) que llegaron a la ciudad con los extranjeros que se instalaron aquí por los negocios de la tagua y el café, en los treinta y cuarenta. Estamos trabajando en la recopilación de los elementos del cholo pescador, hay muchos detalles que pulir para que todo quede perfecto.
Estamos buscando más objetos, creo que muchas personas tienen en sus casas elementos que pueden ayudar al museo.
Miguel Camino, estudioso de la historia, cultura y arquitectura de Manta, espera que la recuperación del Aragonés sea el inicio de la rehabilitación de las 32 edificaciones que están dentro del inventario de patrimonio cultural de Manta.
“Al filo de mar nació Manta, la casona entonces desafiaba a la misma naturaleza pues cuando se la empezó a construir estaba al ras del mar”, explicó Camino.
Detrás del edificio, donde hoy es la calle Colón, se ubicaban tablas en el piso en la época de fiestas y allí se realizaban los bailes. En las fotografías antiguas de la ciudad se ve cómo los residentes de la urbe lucían sus mejores galas y celebraban junto al hotel. La casona fue el epicentro de los encuentros sociales de la época.
Camino, asegura que en la administración del ex alcalde Jorge Zambrano se compró a la Agencia de Garantía de Depósito (AGD) el inmueble a un costo de USD 130 000. Luego, se presentó el proyecto de recuperación de la casona ante el INPC, inspirado en lo que se veía en las fotos antiguas de la ciudad.