En nombre de la política de las puertas abiertas y de las bocazas abiertas, el vicecanciller Décimo Lucas ya se adelantó a concederle la residencia ecuatoriana al australiano Julián Assange.
Qué bueno que venga don Julián, para que explique los documentos relacionados a América Latina en general y a Ecuador en particular, como dijo el serísimo diplomático con todo el eco en el Palacio de Najas. Y también para fundar una escuela de “periodismo de investigación”. Kintto será el Primero… en matricularse.
La idea es brillante, pues en la escuelita la prensa corrupta podrá aprender cómo aplicar el método para conocer toda la información que el Gobierno transparente guarda bajo mil llaves. Por ejemplo, la verdad de los contratos del Gran Hermano, la garantía soberana del Coca-Codo Sinclair, las condiciones de la deuda con los compañeritos chinos, la letra chica del contrato con Ivanhoe…
También, a filtrar los discos duros de Raúl, la verdad sobre los carnés de la Aldhu, los patiñovideos, las charlas Quito-Caracas. Quizás el ‘profe’ descubra el secreto del Corcho -que también pidió la residencia para Julián- para archivar todos los juicios políticos.
Que venga nomás, y hasta quizás podamos nombrarlo secretario de Transparencia o director de la Secretaría de Inteligencia.