Decenas de miles participaron en la ‘Toma de Caracas’, una marcha convocada por la Mesa de Unidad Democrática. Foto: Agencia
La oposición venezolana abrió una nueva fase de movilizaciones en las calles; las próximas, el 7 y 14 de septiembre, para forzar al poder electoral a organizar un referendo revocatorio contra el presidente Maduro, animada por la multitudinaria marcha de ayer.
“Mostramos al mundo el tamaño inmenso de la Venezuela que quiere cambio. Es una marcha histórica. Hoy es el inicio de la etapa definitiva de esta lucha”, afirmó desde una tarima el vocero de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba.
La manifestación del 7 de septiembre se realizará ante la sede de Poder Electoral, la del 14 en las capitales de los estados y la noche de ayer se hizo un llamado a un toque nacional de cacerolas.
Vestidos de blanco, ondeando banderas y gritando “¡Cambio!” y “¡Revocatorio ya!”, cientos de miles de opositores marcharon, según cálculos de medios de prensa, en lo que llamaron la ‘Toma de Caracas’.
“Hay mucha hambre, desesperanza, amenazas. Queremos un cambio”, dijo Alba Zárate.
En la mayor pulseada que libraron en las calles en los últimos dos años, Maduro respondió con una masiva concentración de seguidores ataviados de camisetas rojas, en el centro de Caracas, en lo que llamó la ‘Toma de Venezuela’.
Ante sus seguidores, Maduro, vestido de camisa roja, dijo tener listo un decreto para levantar la inmunidad parlamentaria, al acusar a la mayoría opositora del Legislativo de planificar un golpe de Estado, con la ayuda de EE.UU. “Hoy derrotamos un golpe de Estado, han fracasado una vez más, la victoria es nuestra”, afirmó desde la tarima el Presidente, quien calculó entre 25 000 y
30 000 los participantes en la movilización opositora.
La marcha y la contramarcha se realizaron sin incidentes; pero en el cierre de la manifestación opositora, un grupo de encapuchados lanzó piedras y bloqueó una estratégica vía que conecta el este con el oeste, ante lo que la Policía y la guardia militarizada respondieron con gases lacrimógenos.
La MUD, que celebró que su marcha transcurrió en paz, denunció “la presencia de infiltrados”. Durante la jornada, policías y tanquetas vigilaron varios puntos de la ciudad, y algunas calles y negocios permanecieron cerrados.
La MUD reclama al Consejo Nacional Electoral (CNE) -al que acusa de chavista- que fije la fecha de recolección de cuatro millones de firmas necesarias para convocar el referendo, pues considera que solo cambiando al Gobierno y su modelo se acabará la crisis.
Ocho de cada 10 venezolanos quieren un cambio de gobierno, según la firma Datanálisis. Golpeada por la caída de los precios del petróleo, Venezuela sufre una escasez de alimentos y medicinas del 80% y una inflación que el FMI proyecta en 720% para este año.
Pese al descontento popular, la oposición no había convocado multitudes desde 2014, según analistas en parte por el miedo a la violencia de las marchas que exigían la salida de Maduro y dejaron 43 muertos. Esta vez, la MUD se tomó 20 días para organizar la acción.
Diego Moya-Ocampos, analista del IHS Markit Country Risk, con sede en Londres, había considerado esta marcha
como un “termómetro para medir la capacidad de convocatoria de la oposición”, en tanto que el analista venezolano Luis Vicente León consideró que el “éxito de la marcha es de articulación a futuro” .
La MUD plantea que el referendo sea antes del 10 de enero, cuando se cumple el cuarto año de mandato presidencial, porque si Maduro pierde, habrá elecciones; pero si es revocado después de esa fecha debe sustituirlo su vicepresidente, según la Constitución. Según la firma Venebarómetro, el 64% de los electores votaría por revocarlo.