Redacción Negocios
El manejo de la reserva monetaria del país y la transferencia de recursos del Banco Central al Fisco descuadraron los balances del Banco Central (BCE).
En los últimos 15 meses, la entidad dejó de contar con cerca de USD 1 600 millones para respaldar sus obligaciones. Para entender este faltante hay que recordar que desde el 2000, año en que el país adoptó la dolarización, el BCE diseñó un mecanismo para sostener este régimen monetario.
Este consistió en respaldar con reservas monetarias de libre disponibilidad la emisión de monedas, los depósitos bancarios, el dinero del sector público y de particulares. Todos estos recursos, cuyos dueños son los 14 millones de ecuatorianos, forman parte de los cuatro balances del BCE, con los cuales se sostiene la dolarización.
Pero al eliminar del balance los bonos AGD, que se emitieron para pagar a los depositantes en la crisis de 1999, quedaron sin respaldo los depósitos del sector público y de particulares. Otra medida que también impactó en los balances fue la transferencia de USD 502 millones de la reserva de oro al Tesoro Nacional.
Históricamente, el BCE ha invertido las reservas en instrumentos que se hacen líquidos en segundos. Y de esta forma cubre las necesidades de sus dueños.
Sin embargo, para el presidente Rafael Correa es innecesario que toda la reserva, que al 5 de marzo registra USD 3 752,9 millones, se mantenga líquida con un rendimiento mínimo en el exterior.
Por eso dispuso al BCE el retorno de USD 865 millones para que se canalicen a través de la banca pública. Pero al tener que respaldar los balances con estas reservas, se requiere que sean líquidas y seguras. Esto no ocurrió, ya que se invirtieron hasta ocho años plazo y sin garantías.
Por otra parte, los recursos frescos que ingresaron al Central, como los USD 402,9 millones del FMI no se incluyeron en sus balances, por orden presidencial.
En consecuencia, desde diciembre del 2008, el BCE dejó de publicar las cifras de sus cuatro balances, incumpliendo así la Ley de Régimen Monetario hasta la fecha.
La utilización de las reservas monetarias del país y la transferencia de recursos del Banco Central del Ecuador (BCE) al Tesoro Nacional se logró gracias a que esta entidad perdió su escasa autonomía.
En el primer año y medio de Gobierno, el Ejecutivo logró captar la mayoría en el Directorio del Banco Central. Para septiembre de 2008, cuando se aprobó la Constitución, se anuló definitivamente la autonomía del Central, pues el Directorio pasó a ser el ejecutor de la política monetaria, financiera del Ejecutivo.
En septiembre de año pasado este control fue mayor con la reforma a la Ley de Régimen Monetario y Banco del Estado, que permitió reemplazar los anteriores miembros del Directorio con los ministros de Estado.
Con este reciente cambio se abrió el camino para realizar una serie de movimientos financieros, que hasta hoy han impactado en el patrimonio del Banco en cerca de USD 1 600 millones.
Pero también se afectó la liquidez de la reserva monetaria en otros USD 752 millones.
Durante este proceso también se le quitó la posibilidad de recibir USD 402,9 millones en Derechos Especiales de Giro (GEG’s) del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Todos estos manejos han significado que el BCE no cumpla el art. 2 de la Ley de Régimen Monetario, que lo obliga a respaldar sus cuatro sistemas de balances con reservas líquidas. Y más bien plantee a la Asamblea la derogatoria de este artículo.
Desde diciembre de 2008, el BCE no transparenta la realidad de los balances, que respaldan las cartas de crédito de exportaciones e importaciones, se garantizan los créditos del país y sustenta la misma dolarización.
La eliminación de los bonos AGD impactó en el patrimonio
La primera medida que impactó en el patrimonio del Banco Central se dio en diciembre 2008. A través de la Asamblea se aprobó la Ley de Seguridad Financiera, que dio vía libre para que los bonos 98-17 (AGD) se vendan al Ministerio de Finanzas con un descuento de 100%, es decir, con valor cero.
Estos bonos se crearon en plena crisis financiera de 1999 y suman USD 1 100 millones, que formaban parte del balance de operaciones del BCE.
La finalidad de estos papeles fue respaldar el pago de depósitos de 10 bancos en saneamiento, a través de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD).
Por estos papeles, Finanzas pagaba al BCE una tasa de interés de 9,35%, pero en 2003, mediante Ley, se redujo a 3,5% y la diferencia se destinó al pago del alza de pensiones jubilares.
Hoy estos papeles, que vencían en el 2014, no valen nada y el Estado aún no logra recuperar los dineros que fueron a la banca quebrada. Al no existir estos papeles no hay un activo líquido adicional que respalde los depósitos del sector público, de particulares y obligaciones del BCE con instituciones externas.
Mauricio Pareja, ex gerente del BCE, fue enfático al decir que se dejan descubiertos los depósitos del sector público no financiero.
En un escenario extremo, en que las instituciones públicas giren los saldos de sus cuentas corrientes, el BCE tendría que devolverles todo, lo cual lo pondría en una situación difícil.
Pareja también explicó que al darse una caída patrimonial, le resulta complicado que el Banco obtenga crédito para financiar el comercio exterior del sector público y del sector financiero.
El crédito del Flar obligó a congelar parte de la reserva
Seis meses después de la eliminación de los bonos AGD se empezaron a sentir los estragos de la crisis económica internacional. En junio 2009, producto de la reducción del precio del crudo, la reserva cayó a su nivel más bajo, al pasar de USD 6 476,5 millones, en septiembre 2008, a USD 2 675 millones, en junio 2009.
La reacción inmediata del Gobierno fue buscar financiamiento con países amigos y organismos multilaterales.
Tras varios meses de negociaciones, en julio 2009, el BCE consiguió un préstamo de USD 480 millones del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), del cual es miembro.
Inicialmente, Karina Sáenz, ex gerente del BCE, recordó que en ese entonces el país afrontaba el ‘default’ de la deuda externa y no era tan sencillo recibir financiamiento. Tal es así que, inicialmente, el FLAR pidió una garantía de igual valor del crédito.
Esto, incluso, hizo pensar a las autoridades en la posibilidad de salir de este organismo. Pero tras un acuerdo “amigable”, Sáenz explicó que se comprometieron a mantener una inversión por USD 250 millones.
Es decir, el Banco Central no puede disponer de estos recursos de manera inmediata.
De acuerdo con las cláusulas del contrato, el primer año se mantendría fijo (USD 250 millones) y se iría reduciendo, según se vaya pagando el capital.
Para Marco López, experto financiero, esto limita el manejo de la reserva que debe responder a tres principios: liquidez, seguridad y finalmente rentabilidad.
A más de ser un préstamo costoso para el país, ya que al tener un depósito fijo el país pierde la opción de invertir mejor.
USD 402,9 millones del FMI fueron para el Presupuesto
Tras la inyección del crédito del Flar, la Cuenta Única del Tesoro (CUT) logró tener un respiro para cubrir las necesidades fiscales, pero no resultaron suficientes.
En septiembre 2009 el Ejecutivo nuevamente ordenó al BCE ceder los Derechos Especiales de Giro (DEG’s), que recibió del Fondo Monetario Internacional (FMI), del cual es miembro.
Es así que a más de un aumento de los ingresos petroleros por la subida del precio del crudo, la chequera oficial se recuperó.
Pasó de USD 169 millones, en junio del 2009, a USD 1 764,3 millones, en septiembre.
Los DEG’s llegaron al Banco de pasada, incluso, ni siquiera llegaron a registrarse como reservas.
Los DEG’s son papales valorados sobre la base de una cesta de monedas integrada por el dólar, el euro, la libra esterlina y el yen japonés. Y fueron entregados por el FMI para que 189 países fortalezcan sus reservas monetarias y a su vez afronten la difícil crisis económica mundial.
Sin embargo, Ecuador fue uno de los primeros países en pedir que sean cambiados a dólares. Esto debido a que le significó un ingreso de USD 402,9 millones, según un informe del BCE.
El ministro de la Política Económica, Diego Borja, reconoció en esos días que estos recursos “obviamente alivian la presión fiscal y permitían un manejo más flexible de la caja”.
Pero al cambiar estos papeles por dólares, los DEG’s no llegaron a ser posiciones del FMI dentro de la reserva y el país se comprometió a pagar 0,4% de intereses. Hasta hoy, el Régimen no ha dicho cuál fue el destino de los DEG’s, lo único claro es que la cuenta del Tesoro, al 5 de marzo, cayó a USD 309,2 millones.
USD 865 millones para la banca pública, sin respaldo
Para ese entonces las autoridades del Banco Central ya venían trabajando en un mecanismo para repatriar USD 865 millones de la reserva monetaria.
La idea es que estos recursos se canalicen a través de los bancos públicos, en créditos productivos y para la construcción.
Pero a diferencia de las inversiones características de corto plazo, desde octubre pasado estos dineros se colocaron, entre tres y ocho años plazo.
Y lo que más sorprendió, y fue la causa para remover a la cúpula del Banco Central, en diciembre, fue que la banca pública no entregó garantías, dejando a la reserva sin respaldos.
Con el aval de los secretarios de Estado y el ministro Borja a la cabeza, estas reservas dejaron de ser de libre disponibilidad.
Abelardo Pachano en un reciente artículo llamado ‘Perdimos un referente serio’ califica a estas inversiones de “ilíquidas y desprovistas de respaldo”.
Pero según Janeth Maldonado, directora del Depósito Centralizado de Valores del BCE, estas inversiones pueden hacerse líquidas en el Mercado de Valores. Esta posibilidad, sin embargo, no convence por el pequeño tamaño del mercado de valores.
López explicó que si la reserva se ha podido hacer líquida es porque la inversión está en el Banco Internacional de Compensación en Suiza (BIS), cuyo total de activos es ocho veces el PIB del Ecuador, es decir, más de 450 000 millones.
Un título valor del BIS se convierte en efectivo en fracciones de minutos en el mercado mundial de valores. “Un título valor de la banca pública en un momento de crisis en el Ecuador probablemente tomaría años”.
USD 502 millones de las reservas de oro, al Tesoro
La última medida y que impactó nuevamente en el ya debilitado patrimonio del banco fue la entrega de las reservas del oro al presupuesto nacional.
En noviembre 2009, el Presidente ordenó que se deposite el 75% de la cuenta restringida Reserva Oro a la cuenta del Tesoro.
Esto significó que USD 376,5 millones de los USD 502 millones de reservas se reclasifiquen como utilidades susceptibles a ser distribuidas.
Desde el 2000, el Banco Central ha venido comprando oro y con el paso de los años este se ha ido revaluando, pero hasta hoy no ha sido vendido, por lo que se ha registrado en una cuenta restringida. Para el experto financiero, Rodrigo Espinosa, es imposible adjudicar utilidades del oro, cuando este no se ha vendido.
Solo cuando el mineral se vende, añadió, es posible tener utilidad, caso contrario es una cuenta restringida, que es parte de la reserva y respalda el balance del Banco Central.
Pero a más de este monto, mediante Decreto Ejecutivo 259 del 27 de febrero, se autorizó el traspaso del 25% restante o sea 125 millones a la cuenta del Tesoro Nacional.
En total, de una cuenta contable sin recursos líquidos se entregaron USD 502 millones en efectivo al Tesoro Nacional.
Según el presidente Correa, el dinero de caja del BCE no tiene que ser recuperable porque “es plata del pueblo ecuatoriano que por esos enigmas de la historia económica del país, estaban congelados”. Según dijo, estos recursos irán a proyectos hidroeléctricos, electrificación rural, bonos de vivienda, escuelas del Milenio, prevención de inundaciones, entre otros destinos.