En Atacames se estimaba la visita de 40 000 personas, pero apenas 15 000 llegaron a la playa para divertirse. Fotos: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
El Carnaval 2016 se vivió con menor intensidad en balnearios y lugares turísticos de Esmeraldas, debido a la disminución de visitantes a la provincia.
Uno de los cantones más afectados fue Atacames, donde se esperaba el arribo de
40 000 personas, pero apenas se registraron 15 000, según los cálculos del presidente de la Cámara Provincial de Turismo, Carlos Acosta.
Este balneario, considerado como uno de los más atractivos para los turistas en los feriados, cuenta con 350 hoteles que no llenaron su cupo de hospedaje, pese a que bajaron los costos hasta en un 30%.
Los primeros reportes de la Cámara refieren que un 40% de visitantes llegó a los hoteles ubicados en el malecón de Atacames, mientras que otro 20% estuvo en aquellos más alejados de la playa. En Tonsupa, el alojamiento alcanzó un 30% de la capacidad hotelera, según esa entidad.
Franklin Collaguazo empresario hotelero del balneario de Las Peñas, norte de la provincia, dijo que de los 19 hoteles que hay en la zona, nueve cerraron por falta de turistas. El resto tenía ocupada hasta cuatro de 20 habitaciones, como ocurrió en el Hotel Casa Blanca de Las Peñas. Para los hoteleros de Atacames, la baja asistencia está asociada con problemas de inundaciones, las lluvias y el temor al virus del zika, transmitido por la picada del mosquito del dengue.
Los desbordamientos de los ríos en Atacames, la falta de promoción y un mal manejo de la información sobre ese virus, a juicio de Acosta, incidieron en la baja de turistas.
A pesar de que en Esmeraldas no se han registrado casos del zika, el temor de los turistas prevaleció más, según el exdirector de Salud de Esmeraldas, Ramón Echeverría.
Durante los dos primeros días de feriado, el clima ha sido lluvioso en las costas esmeraldeñas. Solo el sábado se registró una temperatura de 32°C, pero al siguiente día llovía casi de forma permanente.
Para el expresidente del Colegio de Ingenieros Comerciales de Esmeraldas, Marlon Torres, la ausencia de turistas también guarda relación con la falta de dinero en las familias.
Muchas de las reservaciones fueron canceladas a última hora y en las puertas de los hoteles y hosterías, ubicados junto a la playa de Atacames, había letreros que ofrecían habitaciones hasta ayer.
A diferencia lo ocurrido el año anterior, cuando el primer día de Carnaval se podía notar la afluencia de visitantes en las cebicherías, bares y negocios de ropa playera que están en el malecón, este año fue distinto.
Édison Villanueva, uno de los comerciantes informales, explicó que no hubo la avalancha de personas que buscaban comida, compraban ropa o algún recuerdo.
Entre sábado, domingo y lunes hubo pocas personas de la Sierra, quienes mayoritariamente visitan los balnearios. “Hubo mucho turismo local, pero ellos no generan ingresos porque no se hospedan, solo van a la playa”, dice Sara Moyano de la Cámara de Turismo.
La baja asistencia turística fue el escenario que observó en la playa de Atacames, Tonsupa, Súa y Same. Las pocas familias y grupos de amigos que acudieron a la playa debieron cuidarse de los aguajes que los replegaron al filo del balneario.
Los negocios de alquiler de parasoles ubicados en la playa, apenas tenía a 10 personas ocupándolos. “Los dos primeros días apenas hice USD 100, antes ganaba 300”, dijo uno de los propietarios.