Dimitri Barreto P.
Editor de Judicial
dbarreto@elcomercio.com
La investigación que los periodistas hacen al poder demanda independencia y rigor; lo cual es precisamente lo contrario a oposición partidista.
Y eso no es un descubrimiento ni un aprendizaje de los últimos tres años de ‘revolución ciudadana’.
Ahora que hay conmemoración cabe decirlo: para la prensa libre no hay un antes y un después de País. ¿Ejemplos? Este Diario reveló, con pruebas, la injerencia política del Partido Social Cristiano en la Corte Suprema de Justicia, donde se subastaba la persecución. León Febres
Cordero fue evidenciado. Entonces, ¿a qué poder fáctico respondían los periodistas? ¿A AVC? ¿A los desaparecidos?
El mismo rigor, sin oposición partidista, se aplicó para hurgar en el entorno del entonces presidente Lucio Gutiérrez: familiares políticos participaron en la fallida compra de la Zona Franca de Manabí, apetecida por carteles de la droga… ¿Quién defendió a los periodistas que entonces sufrieron persecución y hostigamiento?
Bajo esa lógica, casi con espíritu de kamikaze, sin recibir más direccionamiento que esclarecer el buen uso de los recursos públicos, se investiga al actual Régimen. Los periodistas libres son honestos, autocríticos y respetan al poder. Pero no le temen. Y no se cambian de camiseta, porque no visten ninguna que no sea el servicio a la comunidad.
En esa línea somos irreductibles: buscamos aportar a un país más seguro y menos corrupto, de la mano de la sociedad a la que nos debemos. Y lo hacemos con la misma premisa de siempre: lo que está documentado se publica.