Los operativos se ejecutan conjuntamente entre los militares del Batallón Montúfar y la Policía Nacional. Cortesía Batallón Montúfar
En las carreteras en Santo Domingo y en Imbabura que conectan con Esmeraldas se han reforzado los controles militares y policiales desde el lunes, 16 de abril del 2018. En las terminales terrestres de las cabeceras cantonales también se alistan planes de contingencia.
Este nuevo despliegue responde a los recientes acontecimientos de violencia en la frontera norte del país.
Las revisiones en Santo Domingo de los Tsáchilas se realizan en dos ejes viales: en el kilómetro 3 de la vía Santo Domingo-La Concordia-Esmeraldas y el otro en la ruta Santo Domingo-Quevedo.
Los operativos se ejecutan conjuntamente entre los militares del Batallón Montúfar y la Policía Nacional.
El comandante de la Policía de Santo Domingo, Juan Carlos Raza, dijo que se trata de controles que buscan garantizar la integridad de quienes viajan en buses y en autos. Pero Raza reconoce también que debido a la situación en la frontera se dispuso incrementar las revisiones.
Entre enero y marzo del 2018 se han hecho 20 707 operativos de este tipo en las periferias de Santo Domingo. En este período, se revisó a 71 722 personas y a 78 430 automotores. Los reportes de la Policía evidencian que de los 6 495 operativos ejecutados en enero aumentaron a 7 819 el mes pasado.
Las medidas de control también se implementan en la terminal terrestre tsáchila, donde diariamente se mueven 17 000 usuarios.
Los representantes de la Subgerencia de esas instalaciones y el comando policial se reunieron, el martes, para definir algunas acciones. Entre las medidas consta el apoyo de canes adiestrados para detectar sustancias sospechosas en las encomiendas.
Esta fue una propuesta de la subgerenta, Andrea Carvajal, quien espera que el plan se ejecute lo antes posible.
Una capacitación a los 17 guardias de seguridad de la terminal es otro pedido. La idea es que ellos conozcan técnicas para aprender a detectar acciones sospechosas. Carvajal señala que los celadores tienen la disposición de alertar directamente al ECU 911 cuando noten alguna irregularidad.
En esta terminal funciona una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) que cuenta hasta con tres policías en el día. Las instalaciones disponen de cámaras de vigilancia, que son monitoreadas a diario.
Acciones similares se observan en la zona limítrofe entre Imbabura y Esmeraldas. La Policía instaló un nuevo punto de control en la parroquia de Salinas, en donde se inicia la carretera Ibarra-San Lorenzo.
Desde hace dos semanas, este retén móvil se suma a los puntos fijos de vigilancia que existen en la vía, en los sectores de San Jerónimo, que está a cargo de la Policía, y en la parroquia de Lita, que es manejado por el Ejército. También realizan patrullajes esporádicos a lo largo de la ruta.
En Salinas, los gendarmes de grupos de élite detienen a todos los vehículos que circulan por el sector y revisan que los viajeros no porten armas, municiones, explosivos o sustancias sospechosas.
En la terminal terrestre de Ibarra también hay más seguridad, explica el administrador Germán Fuentes. Desde la última semana aumentó el número de guardias privados, de cuatro a ocho, para cuidar a los viajeros y a sus bienes. Esta fue una iniciativa de los encargados de esta dependencia.
A ello se suman patrullajes de agentes policiales, que recorren puntos estratégicos de la ciudad en donde haya concentración de personas, como los mercados y los sitios de salida y llegada del transporte interprovincial.
En la provincia del Carchi, entre tanto, se efectúan controles en los poblados fronterizos con Colombia, como en la parroquia El Chical, en Tufiño y en El Carmelo.
El prefecto de Imbabura, Pablo Jurado, muestra su preocupación por los últimos atentados que han ocurrido en el norte de Esmeraldas. Jurado solicita a las autoridades medidas de seguridad en las que se incluya a Ibarra, capital de Imbabura, que está ubicada a apenas dos horas de la frontera.
En Guayaquil, Klider Campos, de la terminal terrestre de esta ciudad, informa que también se reúnen con la Policía Nacional para hablar de la seguridad en este lugar. En el momento -dijo- aún se evalúan las posibles medidas y refuerzos.
Campos agrega que no hay reducción en el flujo de pasajeros desde Guayaquil hacia Esmeraldas y que habría que esperar si ese comportamiento de los pasajeros se altera en lo que resta de esta semana.