La pobreza urbana muestra un preocupante aumento. El retroceso es tan grande que se pierde casi todo lo poco que se había avanzado durante este Gobierno. La principal conclusión es que el gasto público (hoy casi el doble que en 2006) no reduce la pobreza, mientras que la inversión privada sí lo hace.
Hay varias formas de medir la pobreza. Una de las más comunes es establecer cuál es el porcentaje de pobres en una sociedad. Para definir quién es pobre se establece un ‘umbral de pobreza’ y todo el que gane menos de eso es definido como pobre. En el Ecuador, la medición más difundida es la que fija ese umbral en USD334 para una familia de cinco miembros.
Según la última Encuesta de Empleo y Desempleo Urbano (Enemdu) realizada por el INEC en diciembre pasado, la pobreza urbana habría subido significativamente frente al año 2008; habría subido tanto que estaría casi al mismo nivel que se encontraba en diciembre de 2006, antes de que empiece el actual Gobierno.
A diciembre 2009, el porcentaje de pobres urbanos estaba en 25,5%, un nivel bastante superior al 22,6% registrado a fines de 2008 y un nivel muy cercano al 25,9% de diciembre 2006 (cuando terminó la supuesta noche supuestamente neoliberal).
Cabe resaltarse que entre 2000 y 2006, la pobreza cayó a un ritmo anual promedio de casi 5 puntos, una velocidad nunca antes vista en el país.
¿Por qué subió la pobreza? Según un artículo de la edición de febrero de Carta Económica de Cordes, este aumento de la pobreza es el resultado de la caída de la inversión privada, un fenómeno que viene dándose desde 2007, pero que podría haberse agravado en 2009.
La manera en que una persona pobre deja de serlo es a través de conseguir un empleo. En los últimos 3 años, el empleo que se ha creado ha sido, sobre todo, en la burocracia, mientras que el sector privado ha creado muy pocos empleos. Por otro lado, las personas contratadas por el sector público pertenecen, en su gran mayoría, a la clase media, es decir, no eran pobres antes de conseguir su ‘puestito’ actual.
Por lo tanto, el empleo que permite a las personas pobres dejar de serlo lo crea el sector privado. Y cuando ese sector privado tiene que soportar tres reformas tributarias, una reforma laboral y una infinidad de ataques por parte del Gobierno, simplemente deja de invertir y de crear empleos. Y los pobres dejan de salir de la pobreza.
Y si la situación es llevada al extremo, mucha gente que había logrado abandonar la pobreza, regresa a ella.
La misma encuesta Enemdu es la que reveló que no éramos una ‘patria alfabetizada’. Luego de eso, y muy caballerosamente, el Ministro de Educación presentó su renuncia. Viendo que la pobreza crece, el Ministro de Economía también debería portarse como un caballero.