Uso de la silla vacía del Municipio de Quito tiene mínima demanda

La sala de sesiones del Concejo Metropolitano de Quito no cuenta aún con un espacio físico para quien esté acreditado a ocupar la silla vacía. Foto: Diego Pallero/EL COMERCIO

La sala de sesiones del Concejo Metropolitano de Quito no cuenta aún con un espacio físico para quien esté acreditado a ocupar la silla vacía. Foto: Diego Pallero/EL COMERCIO

La sala de sesiones del Concejo Metropolitano de Quito no cuenta aún con un espacio físico para quien esté acreditado a ocupar la silla vacía. Foto: Diego Pallero/EL COMERCIO

La silla vacía del Municipio de Quito aún no ha sido estrenada. A un año de que se aprobó esta normativa, que permite a los ciudadanos participar en la toma de decisiones relacionadas con la ciudad, esta figura aún no ha sido aplicada en las sesiones del Concejo.

Desde el 3 de marzo del 2016, cuando se aprobó la Ordenanza 102, relacionada con la silla vacía, se han realizado 44 sesiones entre ordinarias y extraordinarias. En ellas se han aprobado 56 ordenanzas, según Diego Cevallos, secretario general del Concejo.

Durante este período de vigencia de la normativa, a la Secretaría General del Concejo ha ingresado solo un pedido formal para ocupar la silla vacía. La solicitud fue remitida por la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, el 22 de marzo pasado. Su intención fue participar en la discusión del proyecto de ordenanza relacionado con el Gobierno abierto.

Además de este pedido hubo dos aspirantes para ocupar la silla vacía. Ambos querían ser parte del segundo debate del proyecto que planteaba prohibir los espectáculos públicos que impliquen la muerte o tortura de animales en el Distrito. Pero no hubo resultados.

El 7 de marzo pasado, durante el segundo debate de esta iniciativa popular, el representante de la organización proponente -Diabluma- no pudo acceder a la silla vacía porque no cumplió los procedimientos, según explicó la Procuraduría Metropolitana. El otro pedido fue del Colectivo Tradición Popular, en contra de la propuesta, pero fue extemporáneo. Llegó en febrero del 2017, previo al segundo debate.

Para Daniela Chacón, concejala independiente y presidenta de la Comisión de Participación Ciudadana, el uso de la silla vacía no se ha concretado por falta de difusión y de acceso a la información. Recordó que estaba prevista una campaña masiva para explicar cómo funciona la silla vacía y la creación de una plataforma web donde se consulte el estado de todos los proyectos que se tramitan en el Cabildo.

Actualmente, según la resolución de procedimiento que regula el trámite de las ordenanzas, cuando llega una propuesta a una comisión, el presidente de esta puede disponer a la Secretaría del Concejo la publicación del proyecto en el portal institucional.

Hasta mediados de marzo, en el portal del Municipio estaban publicados ocho proyectos y cuatro ya habían sido aprobados.
Para solventar la falta de difusión de todos los proyectos, Cevallos mencionó que se cuenta con un proyecto de ordenanza de Gobierno abierto. Este permitirá difundir en una plataforma web el estado de cada uno de las iniciativas normativas que se tratarán en el Concejo para que se facilite el acceso a la silla vacía.

Para fomentar el uso de la silla vacía, Eduardo del Pozo, vicealcalde, aspira que en este año se pueda contar con la plataforma para que las personas conozcan los proyectos que se tramitan en el Concejo. Esto permitirá que los ciudadanos puedan involucrarse en la toma de decisiones. “Se coordinará con la Secretaria del Concejo para que la silla vacía resulte más viable”.

Por su parte, Susana Castañeda, concejala de Alianza País e integrante de la Comisión de Participación Ciudadana, expresó que hace falta difundir la normativa. “Solo así las personas podrían participar de manera directa en la toma de decisiones”.

Desde que entró en vigencia la Ordenanza 102, se han realizado más de 250 reuniones con moradores y colectivos en todo el Distrito para socializar los mecanismos de participación ciudadana, entre ellos la silla vacía, precisó María Belén Aguirre, directora metropolitana de Participación Ciudadana.

A la vez, agregó la funcionaria, se han organizado encuentros masivos y se han reproducido 12 000 ejemplares de la ordenanza, de los cuales se ha entregado el 90% (10 800). “Próximamente difundiremos videos informativos, cuñas y se habilitará un micrositio con esta información”.

Con estas acciones se busca promover, entre otros, el uso de la silla vacía. Para esto, los interesados deben presentar unos requisitos y cumplir con un procedimiento para ser acreditados .

Así podrán participar en el tratamiento del proyecto normativo desde un inicio, antes de que la comisión remita el informe para primer debate. Luego de esta etapa, ya no es posible acceder a la silla vacía.

Punto de Visto

Ruth Hidalgo: ‘Una herramienta innovadora’
Directora de la Corporación Participación Ciudadana

Para usar este mecanismo de participación hace falta comunicación, conocimiento, empoderamiento ciudadano, sacar los temas del seno del Municipio. En ciudades como Cuenca y Loja ya ha habido experiencias exitosas con la silla vacía.

La silla vacía es un proceso. Si los ciudadanos no conocen sobre esto difícilmente va a querer hacerlo.

Usar la silla vacía permite a los ciudadanos ser parte de la toma de decisiones macro de la ciudad. Es una herramienta válida e innovadora. Aunque como Corporación Participación Ciudadana consideramos que se debería quitar el voto a los ciudadanos que acceden a esta figura y tener solo voz, para que la participación sea más legítima y no sea manipulable.

Los requisitos 

Quienes ocupen la silla vacía en el Municipio deben ser mayores de edad.

Hay que estar domiciliado en Quito para tener voz y voto en la discusión de temas.

Documentos para incluir: una dirección, un correo electrónico y teléfono.

No califican excandidatos a alcalde o concejal del periodo previo y funcionarios.

Si es organización: la copia de cédula del representante del colectivo.

Adjunte el acta de la organización, con principal y suplente para la silla.

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