Esta semana es compleja para el alcalde Mauricio Rodas. El costo de pasajes y cambios en el equipo municipal son temas que deben tener un desenlace en estos días.
De lo que se conoce sobre lo primero, las decisiones ya están tomadas desde hace 15 días; solo falta el anuncio del Burgomaestre. En las últimas horas, no se ha querido pronunciar. Pudiera ser comprensible este silencio por lo delicado del tema y por su incidencia social. Está claro que tomar el camino del incremento de pasajes, como lo hicieron Manta y Loja, no está contemplado en la agenda quiteña; hay un costo político que será tomado en cuenta.
De lo que se sabe, se entregarán a los transportistas compensaciones anuales provenientes de los recursos de la ciudad, en lugar de destinarse a otros proyectos. ¿Serán USD 10 millones, 15 o 20 millones? Mejorar el servicio será la principal exigencia por parte de la autoridad local. La forma de medir eso y los tiempos para cumplirlo deben estar claros; de lo contrario, si no se mejora el servicio puede existir malestar ciudadano.
Los choferes y sus dirigentes no pueden tener la seguridad, como otras veces, que el solo anuncio de mejorar el servicio será suficiente para calmar a los quiteños. Es momento de que el servicio cambie, que el desplazamiento de las unidades no esté determinado por el pie derecho de cada conductor. Es por eso que debió haber más claridad y difusión del proceso y, principalmente, en lo acordado.
El otro sigilo innecesario se relaciona con los cambios en el ‘gabinete’ del Alcalde. Desde noviembre era más que conocido el malestar de Rodas con funcionarios de alto rango que trascendió, únicamente, en el pedido de presentación de renuncias. Han pasado más de cinco semanas y el cambio de funcionarios todavía es un misterio: oficialmente no se sabe quiénes se van ni quiénes se quedan. El tiempo pasa, ya vamos por la mitad de enero y, administrativamente, el año no arranca en cada dependencia cuya cabeza cambiará. ¿Seguirá el silencio?