Wilmer F. es de Ambato y fue víctima de la inseguridad.
Tengo una bodega de productos básicos cerca a la plaza Urbina en Ambato. En ese local de 20 metros cuadrados instalé una alarma. A mediados de enero el equipo de seguridad se dañó.
Instalé otra alarma y dos días después ocurrió el incidente. Esa gente se ideó la manera de desconectar la electricidad y el teléfono de mi negocio . De ese modo inutilizaron todos los equipos.
No vivo junto a mi local y por eso no pude ver lo que pasó. Un panadero que pasaba por ahí a las 02:15 observó dos grupos de cuatro hombres que se ubicaron en las dos esquinas de mi local.
Entre tanto, un camión Hino de gran capacidad se pegó a la puerta Lanfor del almacén.
Se llevaron 400 quintales de arroz, afrecho de trigo, morocho, maíz, panela y otros. Al parecer todo fue muy rápido. Estimo que participaron unas 15 personas.
Me ocasionaron una pérdida de USD 20 000. Un quintal de gramínea cuesta USD 45 mientras que el de afrecho USD13.
El panadero dijo que no avisó a la Policía, porque pensó que se trataba de un embarque o desembarque normal de esos productos a esa hora. Según él, los sospechosos actuaron como los estibadores.
Su ropa y su forma de trabajar eran muy similares a los hombres que ofrecen su fuerza de trabajo cerca de las plazas en la madrugada. Al día siguiente puse la denuncia en la Policía, pero no sirvió de mucho, porque ya transcurrieron muchas horas después de lo que me sucedió. También decidí cambiar de empresa de seguridad e instalé otras alarmas .
Lo malo es que en este barrio no estamos organizados. Eso es lamentable, porque es una zona muy comercial. A pesar de eso, en las noches y las madrugadas el sector permanece desolado.
Por esa razón no instalamos alarmas comunitarias ni pagamos a guardias privados para que vigilen los almacenes. Preferimos la tecnología, pero aún esta falla.
Tampoco contamos con un patrullaje constante. En muchas ocasiones pedimos la ayuda de la Policía para reforzar los recorridos motorizados, porque hay muchos locales en esta zona, como almacenes, restaurantes, cooperativas de ahorro y crédito, tiendas, supermercados, etc.
Para comprar nuevamente la mercadería tuve que endeudarme. El crédito lo pagaré en algún tiempo. De lo contrario, además de perder la mercadería robada perdería a mis clientes y podría tener problemas para pagar el préstamo. Me ayudaré con una tienda de abarrotes que administro con mi familia. Entonces, es importante la organización.