Los cinco hombres simularon ser técnicos de la Corporación Nacional de Electrificación (CNEL). Un poco antes de las 19:00 del martes secuestraron a un funcionario de una entidad financiera en el centro de Portoviejo y exigieron que colaborara para perpetrar el asalto a la entidad. Una vez al interior de la agencia se llevaron el dinero que estaba disponible en las cajas. Los billetes los depositaron en un saco de tela negra. Aunque hasta el momento no se ha determinado el monto exacto del robo. Así lo señaló Carlos Orbe, jefe del Comando de la Policía de Manabí con sede en Portoviejo.
El robo pudo ser mayor, pero la alarma en el inmueble se activó y provocó que los asaltantes la fugaran. Allí dejaron un maletín en cuyo interior había supuestamente un artefacto explosivo. Frente a esta alerta, personal del escuadrón antibombas del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) llegó al sitio y después de dos horas de trabajo logró controlar el supuesto explosivo.
El panorama en las calles Francisco Pacheco y 9 de Octubre cambió de inmediato. El lugar fue cercado con una cinta amarilla y los agentes impidieron el paso de particulares. Uno de los gendarmes del GIR se vistió con un traje antiexplosivos. Desde las 21:00 hasta las 23:45 el experto revisó una y otra vez el paquete. “Podía haber sido un explosivo, pero luego se determinó que era una falsa alarma”, sostuvo Orbe.
Una vez descartada la hipótesis del explosivo los agentes de la Policía Judicial (PJ) a cargo del caso regresaron a las oficinas de la entidad asaltada. Más de 10 personas permanecieron en el interior para las investigaciones.
Según testigos, eran cuatro hombres y una mujer los que perpetraron el asalto. Hasta el momento hay un detenido. Se trata de Jaime B (30 años).
El sospechoso dijo a los periodistas que no tenía nada que ver. “Yo llegué desde Manta, donde vivo, para hacer deporte”. Jaime B, según los registros de la Policía, tiene dos detenciones previas: por muerte y por portar armas de fuego. Un revólver se presentó como supuesta evidencia.