Tardó menos de cinco minutos en retirar dinero del cajero automático. Regresó a su vehículo y encontró abierta la puerta izquierda. Un desconocido se había llevado la cartera. Eran las 08:00 del sábado. Ocurrió entre la Ibarra y Tulcán, las céntricas calles de Santo Domingo de los Tsáchilas.
La mujer recuerda que mientras buscaba sus pertenencias recibió una llamada a su teléfono. El mensaje de un hombre fue contundente. Si quería recuperar la cédula, papeleta de votación, licencia, debía recargar al celular cuatro tarjetas de USD 10 y dictó el número al que debía hacerlo.
Agentes de la Policía Judicial (PJ) saben cómo actúan estas redes y dicen que en algunos casos incluso se pide hasta USD 100.
¿Cómo operan? Lo hacen a través de cabinas públicas y usan hasta cinco números telefónicos para despistar a las víctimas.
De las investigaciones realizadas, los policías calculan que, al menos, el 50% de los afectados concreta el pago exigido y recupera sus pertenencias.
Si la sustracción de carteras es sin violencia y si el valor de lo perdido no supera los USD 146 (medio salario básico) estos hechos se catalogan como hurto, según el Código Penal vigente (art. 547).
Por lo tanto se denuncian en los juzgados de contravenciones. La víctima debe llenar un formulario con el detalle de lo perdido.
Cifras de la PJ revelan un aumento en estos casos. De enero a julio de este año se registraron 8 550 denuncias a escala nacional. En el mismo período del 2011 hubo 5 902 casos. Eso representa un incremento del 44,8%. Pichincha reportó el mayor número de denuncias con 2 514 casos. Guayas es otra provincia afectada (1 646 denuncias en siete meses de este año).
Manuel Arévalo es juez de Contravenciones y ayer aseguraba que si los desconocidos piden dinero a cambio de devolver lo sustraído es una extorsión, que debe ser juzgado como delito y no como una contravención.
En el artículo 557 del Código Penal se advierte que esa figura delictiva es sancionada con prisión de uno a cinco años y consiste en “simular autoridad pública o falsa orden para forzar entrega de dinero o documentos”.
Eso es lo que precisamente ocurrió con María M. Era julio y un hombre le exigió seis recargas telefónicas por USD 50. Solo si aquello se concretaba le devolvería sus tarjetas de crédito, el dinero y el celular que estaban en una cartera. Esta desapareció en un restaurante de La Mariscal.
La mujer recuerda que mientras almorzaba dejó la cartera en una silla contigua y que en un momento de descuido desapareció.
Luego de dos días recibió una llamada a la casa y un hombre le habló de entregarle sus cosas.
El jueves en la mañana, una decena de personas aguardaba un turno en el Juzgado IV de Contravenciones, en el primer piso de la Policía Judicial, en el norte de Quito. Ocho querían denunciar la pérdida de documentos.
En este juzgado, el 80% de los casos que llega tiene que ver con la pérdida o hurto de papeles.
Durante el trámite, los perjudicados cuentan las modalidades de las que son víctimas. En esa dependencia se calcula que diariamente a 80 personas, especialmente mujeres, les rompen sus carteras y sustraen los objetos personales. Ocurre con frecuencia en el trole, Ecovía o Metrobús.
El hurto se pierde en las estadísticas de la Judicatura
¿Cuántos hurtos han recibido una sanción? En la base de datos del Consejo de la Judicatura de Pichincha no hay un registro exacto de las denuncias de hurto que llegan a los siete juzgados de contravenciones de la capital.
En la plataforma informática Satje, el hurto se encuentra bajo el capítulo “Penales comunes de cuarta clase”. Pero en ese parámetro existen al menos 10 tipos de delitos que están contabilizados “de manera general”, respondió el Departamento de Informática de la institución en una carta a este Diario. Agregó: “No está especificado por hurto, por lo que no es posible obtener una información real”. Hasta julio, registró un total de 62 376 procesos, de los cuales 2 323 correspondieron a los delitos de cuarta clase.
Los únicos datos de sanciones por hurtos corresponden a la Unidad Primera de Contravenciones de Quito, ubicada en el sector de la Y, en el norte de Quito. Desde mayo -que empezó a operar- hasta julio, 20 de los 25 delitos por hurto que procesó esa instancia recibieron un castigo.
“Los hurtos que llegan son por flagrancia, es decir cuando ocurre ese rato”, asevera Luis Roberto Gavela, director de la Unidad. Un hurto llega a una sentencia cuando hay un detenido. Caso contrario, solo reciben la denuncia de la víctima para evitar que un desconocido haga un mal uso de los documentos robados. “No puede haber una investigación porque desconocemos el paradero y la identidad” del sospechoso.
A esa Unidad los casos que más llegan también son hurtos.
¿Qué hacer?
Es recomendable que tenga al menos una copia a color de todos sus documentos..
Cuando los robos superan los USD 146 o se realizan con violencia, las denuncias deben realizarse en la Fiscalía.
Mientras maneja, no deje su cartera en lugares visibles como los asientos o el piso del auto.
En el transporte público, es preferible presionar su cartera bajo el brazo y mantenerse atento a sus alrededores.