La deuda de USD 800 que le prestó un chulquero sigue vigente. Hace seis meses, Francisco L. tuvo que endeudarse para completar los USD 1 500 que los extorsionadores le exigían a cambio de recuperar su camioneta robada. A más de los USD 800 del chulquero, sus familiares que trabajan en España le dieron USD 700 más.
El auto fue sustraído en un barrio del noroeste de Manta.
Según la Policía Judicial de Manabí, los robos de vehículos relacionados con la extorsión son un nuevo tipo de delito. Este consiste en que desconocidos se llevan los carros y luego piden dinero a los propietarios para que los recuperen en cuatro o cinco días. Exigen el pago de entre USD 1 500 y 3 000, aunque los montos dependen además del estado del auto.
Una vez que el dinero es cancelado, el bien es abandonado en sitios desolados o en carreteras.
Eso le sucedió a Francisco L. Su camioneta fue encontrada en Montecristi. Estaba sin llantas y le faltaban piezas en el motor. “Se sacaron hasta los asientos. Eso me afectó mucho”, recuerda.
Informes de la Policía dicen que las organizaciones que se dedican a esa actividad delictiva operan en los cantones de Manta, Montecristi y Jaramijó. Un agente de Inteligencia revela que el robo de automotores se incrementó.
“Entre enero y marzo del año pasado, las bandas se sustraían hasta 20 vehículos por mes en Manabí. En el mismo período del 2012, la cifra subió a 40”, manifiesta el uniformado. El 50% de hechos se registra en Manta.
En el 2008, las denuncias por este tipo robos en Manabí llegaron a 362, mientras que en el 2011 alcanzaron las 222.
Los datos de la institución uniformada refieren que entre el 2008 y marzo del 2012 se reportaron 2 542 casos.
Según la Policía, el 70% de afectados son, especialmente, comerciantes de pescado, capitanes de barcos y profesionales en abogacía, medicina e ingenieros.
En lo que respecta a extorsión, las denuncias en Manabí pasaron de 2 a 28 en un año, aunque no todos los casos judicializados tienen que ver con la recuperación de los automotores.
Zonas vulnerables en Manta
Investigaciones de la Policía dicen que las vías aledañas a la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí y las calles de la zona bancaria (centro de Manta) son sectores donde se produce la mayor cantidad de robos de carros.
Según agentes, en dos calles cercanas al centro de estudios superiores, donde los estudiantes se parquean, se registra la mayor cantidad de denuncias.
Vecinos del lugar cuentan que más de 90 automotores se estacionan allí durante la semana, entre las 17:00 y las 21:30.
Las mafias buscan vehículos de modelos 1990 en adelante o los que no tienen seguro ni dispositivos de rastreo satelital.
¿Cómo operan los sospechosos? Se toman dos días para comprobar los movimientos de los propietarios del auto. Evalúan los escenarios, analizan cómo están la carrocería, las piezas, observan los accesorios y planifican el atraco.
El 68% de los robos, según la Policía, se registran cuando los carros están estacionados. En el delito actúan hasta seis personas.
Dos rompen las seguridades de las puertas y se llevan el automotor. Dos operan como campaneros (vigilantes) y dos más van en una motocicleta como escoltas mientras se llevan el vehículo.
Francisco L. recuerda que los tres hombres que lo interceptaron iban en una moto. Lo encañonaron con armas de fuego y lo llevaron dentro del carro. Después lo abandonaron en la vía Manta-Rocafuerte. Lo único que recuerda es que mientras lo apuntaban, los desconocidos hablaban entre ellos y decían que el auto lo necesitaban para “un trabajo”.
La Fiscalía conoce de denuncias en que el robo de automotores tiene nexos con una posterior extorsión.
Esto causa preocupación, más aún cuando los agentes han encontrado casos en que los perjudicados prefieren pagar y no denunciar en la Policía.
A Miguel A. le sucedió algo similar que a Francisco L. Hace tres meses le robaron su vehículo 4×4. El carro de este abogado fue sustraído luego de haberlo dejado parqueado al frente de su casa.
Lo llamaron por teléfono y le pidieron USD 3 500. No pagó y prefirió cancelar el deducible del seguro para adquirir otro auto.
En el cantón Jaramijó, los robos de automotores se presentan de dos formas. En la primera se llevan vehículos cuando permanecen estacionados en la zona comercial ubicada en la parte alta de la ciudad. En la segunda, los conductores son interceptados mientras se movilizan en la vía principal y los abandonan en sitios desolados o en las carreteras.
Hace un año, agentes de Inteligencia descubrieron que en un barrio ubicado en el sureste de Jaramijó había un cementerio de autos. Los policías recuerdan que allí se enterraban los carros luego de ser desarmados.
En Montecristi, los sectores vulnerables al robo de autos son la avenida Metropolitana y la calle 9 de Julio. Esto ocurre pese a que allí se ubican los almacenes donde se comercializan artesanías y hay constante movimiento. Otro sitio identificado es la av. Manta, cerca del Colegio 23 de Octubre.