La reapertura de 46 Unidades de Policía Comunitaria (UPC) trajo calma a los barrios de Quito. Las bases, que volvieron a operar desde la primera semana de febrero, han sido remodeladas y cuentan con cinco agentes que antes laboraban en el ex Grupo de Tránsito.
Desde agosto del año pasado, 58 puestos de vigilancia fueron cerrados en base a un nuevo modelo de gestión. No obstante, la protesta de los vecinos obligó al Ministerio del Interior a reinaugurar 46 complejos.
¿Qué pasa con los otros que aún permanecen sin atención? Lino Proaño, comandante de la Policía de Quito, señaló a EL COMERCIO que esas 12 bases restantes “no brindaban las condiciones para que el policía cumpla a cabalidad su trabajo”.
Según el oficial, esas unidades eran cuartos que operaban debajo de unos graderíos o en el garaje de una vivienda.
El miércoles, este Diario recorrió ocho UPC reabiertas en el centro y sur de la capital.
El puesto de vigilancia Cristo Rey fue reinaugurado el pasado 8 de febrero. Está ubicado en el suroccidente de Quito. Los agentes que laboran en esa base dicen que 2 000 personas se benefician de los patrullajes.
Luisa Chancusi administra una tienda en el barrio. Ella cuenta que tras el cierre se organizaron entre los moradores para resguardar las casas y los pocos locales que hay en la zona. “Ahora que los policías regresaron hay más seguridad”.
A unas 20 cuadras se levanta el barrio Santa Bárbara Alta. Allí también fue reabierta la unidad que lleva el mismo nombre. La base, como en el resto que volvió a operar en el sur, fue remodelada: instalaron baterías sanitarias, duchas y pintaron las fachadas.
El miércoles, mientras descendía muebles de una camioneta, Luis Achig relató que en estas dos semanas ha vuelto la tranquilidad al barrio. “Dejaron abandonado un tiempo (la UPC) y nos quedamos desamparados. Ahora estamos contentos y seguros. Los fines de semana había problemas y no teníamos a quien pedir ayuda”.
Datos del Ministerio del Interior refieren que con la reapertura de las 46 bases de vigilancia se beneficiaron más de 200 000 personas en Quito.
Además, según la Secretaría de Estado, en esas unidades los moradores pueden solicitar los servicios de “botones de seguridad, patrullaje preventivo, encargo de domicilios, resguardo de valores…”.
Sin embargo, algunos puestos de vigilancia todavía no están 100% operativos. Uno de ellos es la UPC Atacazo, en el sur de la urbe. Para acceder a ese barrio hay que ascender unos 2 kilómetros por una vía de tierra y empedrada.
En esa unidad, hasta las 19:30 del miércoles, no funcionaba la Internet. Sin ese servicio, el botón de seguridad no se activa.
En las ocho unidades policiales que recorrió este Diario se constató que únicamente hay una motocicleta para los patrullajes preventivos.
Proaño precisó que en las 46 bases se dispuso que haya un vehículo y una moto. “En algunos casos todavía el patrullero no se encuentra porque están listos para un remate y posterior reposición”.
En otros casos -según el oficial- los automotores están siendo reparados. Pero el Gobierno también dotará de patrulleros nuevos a los barrios.
El pasado 19 de febrero, por ejemplo, el Ministerio del Interior entregó en Chimbacalle seis nuevos vehículos para las tareas de seguridad en el sur .
En total, la Secretaría de Estado compró 4 157 unidades homologadas como patrulleros. Para este año se prevé que se entreguen 1 256 automotores en las UPC a escala nacional. Y desde el 2015 hasta el 2017 967 vehículos, cada año.
“Luego de 120 000 km de recorrido o cuatro años de uso serán cambiados por nuevos patrulleros por la empresa que hará la recompra”, explicó José Serrano, ministro del Interior.
La UPC El Tejar fue reabierta el 7 de febrero pasado. En esa base de vigilancia iniciaron las remodelaciones esta semana. Anteayer, obreros reparaban el cuarto de baño y la tubería. Los arreglos concluirán este fin de semana, según uno de los agentes que trabaja allí.
A cinco minutos de ese puesto de vigilancia funciona la unidad El Placer Baños, un sector calificado por la Policía como conflictivo. Según los moradores, tras el cierre la gente dejó de caminar pasadas las 21:00.
El miércoles, la situación era distinta. En un pequeño parque había unos ocho niños jugando. Luzdari Delgado, madre de uno de ellos, dijo que el cierre “fue un desastre total para el barrio’.
Para ella, con la reapertura, volvió la tranquilidad al barrio.
En contexto
Entre el 6 y 10 de febrero, el Ministerio del Interior reabrió 46 Unidades de Policía Comunitaria en Quito. Esos puestos de vigilancia fueron cerrados desde agosto del 2013 en base a un nuevo modelo de gestión. Por el malestar de la gente el Gobierno reabrió las bases.
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