La indignación los llevó a tomar medidas extremas. Los familiares de los 14 hinchas de Barcelona que permanecen detenidos desde hace un mes, vinculados dentro de la indagación previa por la agresión al policía Jefferson B., recurrieron ayer a una crucifixión en los exteriores de la Corte de Justicia del Guayas, para demandar la liberación de los suyos.
La noche del pasado 19 de mayo, luego del partido Barcelona-Macara , se produjo una gresca entre hinchas y policías. En medio de la riña resultó herido el gendarme. Una piedra produjo una fractura en el cráneo. El gendarme permaneció hospitalizado durante 11 semanas.
La Policía detuvo esa noche a un grupo de 28 hinchas. Otro más fue detenido al día siguiente. De ellos, 15 salieron a través de la sustitución de la prisión preventiva por medidas cautelares.
María, madre del hincha Winston T., de 23 años, se ató desde las 10:00 a un madero sostenido por una gruesa caña. Sobre su cabeza lucía un cartel con la palabra ‘Libertad’ escrita en letras negras.
Los familiares colocaron seis cruces sobre la reja metálica que delimita el edificio de la Corte, frente a la calle 9 de Octubre.
“Vamos a seguir aquí hasta que nuestros chicos estén de vuelta a nuestro lado”, decía María. Por la mañana y hasta el mediodía solo las mujeres se ataron a las cruces. A las 11:00 un piquete de 15 policías llegó a la Corte y se ubicó en los escalones del ingreso.
Otros familiares y amigos de los hinchas detenidos alentaban a las mujeres con gritos, cánticos y retoques de tambores.
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Ingrid, madre del hincha Álex M., de 19 años, empezaba a sentir los estragos de la posición forzada de los brazos extendidos. Los calambres la obligaron a ceder la cruz a una sobrina. “Ya regresaba a su casa cuando lo detuvieron y lo golpearon. El muchacho estaba en el preuniversitario pero es posible que lo pierda por los días de falta”, manifestó la madre.
Los familiares de los 14 detenidos dicen no explicarse por qué sus hijos siguen aún presos. Argumentan que nadie ha probado que fueron ellos los que lanzaron la piedra al policía durante el enfrentamiento.
“Les pedimos a los jueces que se sensibilicen, ¿por qué liberan a unos y a otros dejan presos?”.
Luego de que los primeros 15 hinchas quedaran libres, la defensa de los restantes 14 solicitó la caución (fianza) al juez Primero de Garantías Penales Enrique Rodríguez, en quien recayó el proceso. La audiencia donde el juez debía resolver sobre el recurso se suspendió dos veces, debido a la ausencia del fiscal Kléber Morán, quien lleva la indagación previa por la agresión al policía.
El juez de la causa llamó a una tercera audiencia para resolver la caución para el próximo 12 de julio. El aplazamiento de la diligencia disgustó a los familiares de los detenidos. Estos, a través de sus abogados, presentaron el miércoles pasado recursos de amparo ante la Presidencia de la Corte. Con los amparos esperan que los hinchas sean liberados antes de que se resuelva sobre la caución.
El lunes último, el presidente de la Corte Franklin Morales empezó a escuchar en su despacho a un primer grupo de seis hinchas. Al día siguiente lo hizo con otro grupo de siete. Morales no resolvió sobre los amparos en ninguna de esas dos audiencias. El magistrado argumentó que se pronunciará cuando el proceso, que ya consta de 15 cuerpos, llegue a su despacho y lo pueda conocer.
Hasta el mediodía de ayer, el Juzgado Primero de Garantías Penales no había remitido el expediente a la Presidencia de la Corte para su conocimiento. Héctor Vanegas, abogado de 13 de los 14 hinchas detenidos, denunció que hay intereses detrás de la decisión del juez de la causa de retrasar la liberación de sus defendidos. “No saben explicar por qué el expediente se tarda en subir a la Presidencia de la Corte, que expliquen por qué se mantiene detenidos a estos chicos injustamente”, dijo ayer.
En su exposición para solicitar el amparo, Vanegas sostuvo que los 14 hinchas no podían ser juzgados dos veces por la misma infracción. “Ellos ya fueron sancionados en primera instancia con cuatro días de prisión y USD 14 de multa por una comisaría de Policía”, recordó.
Los familiares de los hinchas esperan que el Presidente de la Corte se pronuncie antes de que concluya la semana. Dicen temer por la integridad de los detenidos.
Entre los hinchas hay estudiantes como Ronald Z., de 19 años, quien cursa estudios de Ingeniería de Sistemas, o Raúl M., de 20 años, estudiante de la Universidad de Guayaquil. “Estaba por dar los exámenes. Es un chico becado cuyo único pecado fue andar con la camisa de su equipo”, mencionó ayer su padre de Raúl.
Lucía, madre del joven, permanecía con sus brazos ligeramente atados a una de las seis cruces colocadas fuera del Palacio de Justicia. La progenitora llevaba una camisa y una gorra amarillas. Los transeúntes y los usuarios de la Corte se solidarizaban a su paso con las mujeres crucificadas. “Esta medida de la crucifixión la vamos a mantener indefinidamente hasta cuando los liberen, mañana nos turnaremos con los hombres”, dijeron.
La salud del policía
El policía Jefferson B., de 22 años y oriundo de Portoviejo, recibió el 19 de mayo un piedrazo en la cabeza y por ello fue sometido a dos operaciones.
El gendarme fue dado de alta el 30 de mayo. Durante su recuperación aseguró no haber reconocido al autor o autores de la violenta agresión.
Tras la riña, la Policía detuvo inicialmente a 46 personas, entre ellas menores de edad. A un grupo de 29 personas se les ordenó la prisión preventiva.
Los hinchas son indagados por actos de violencia dentro de escenarios deportivos, lo cual se sanciona con cárcel de 1 a 3 años.