La familia de Fabián Chango, militar fallecido en el ataque fronterizo del pasado miércoles, aún espera respuestas. Víctor, padre del uniformado, está preocupado; nadie le dice lo que sucedió en realidad ese día, todavía no le entregan los resultados de la autopsia y tampoco le informan sobre la ayuda económica y social que recibiría.
Conoce que el cuerpo de su hijo tenía un sinnúmero de heridas, por eso presume que no vestía el chaleco antibalas durante el ataque sino solo el uniforme camuflaje. “Si hubiera estado con el chaleco en el momento del enfrentamiento estaría vivo”, dice.
Blanca S., madre de Chango, recuerda que después de recibir la llamada en la que le informaron sobre el accidente de su hijo viajó de Latacunga a Quito. Al llegar, relata que los médicos del hospital le dijeron que estaba bien.
“Pedí autorización para que me dejaran entrar, pero me la negaron. Luego de unos minutos dijeron que había muerto. Cuando ingresé a la sala miré su cuerpo, tenía heridas en el cuello, hombro y otras partes”, explicó aún con lágrimas en los ojos.
Luego de los trámites, para los que recibió ayuda de otros familiares que la acompañaron, le entregaron el cuerpo de su hijo en un ataúd. Este fue conducido a la parroquia Eloy Alfaro, en Latacunga, para el sepelio.
Blanca cuenta que en uno de los cuartos de la casa sacaron el cuerpo del féretro para cambiarle de ropa. Cuando abrieron su camisa vieron que Fabián tenía destrozada una parte del pecho. “Creo que los médicos le abrieron para sacarle los perdigones. No es cierto lo que dicen que fue una sola bala la que lo mató, porque nosotros vimos varias heridas”.
Mientras iban al sepelio de un familiar ayer en la mañana, quien falleció a causa de un accidente de tránsito, Blanca y Víctor hablaban de su hijo. Pese a la doble tragedia por perder a dos familiares en una semana, tratan de recordar los mejores momentos que vivieron junto a Fabián.
Chango era cabo segundo y pertenecía a la Brigada de Selva 19 Napo. Cuando estaba franco optaba por visitar a sus padres.
Con ellos compartía el trabajo de elaboración de bloques, que es a la actividad a la que se dedica la gente del sector aparte de la agricultura. “Las labores son duras, por eso se trabaja en familia para procesar ocho quintales de bloques por día”.
Sus padres sostienen que era un hombre respetuoso y solidario con su familia. Nunca se le observó en peleas, tampoco bebía licor y siempre estaba pendiente de la salud de sus padres y sus tres hijos.
“No hemos recibido un informe en donde nos expliquen la causa de la muerte, tampoco nos han confirmado si el día en que lo mataron personas de la otra embarcación vestía el chaleco antibalas”, señaló ayer Víctor con un tono molesto.
En Quito, el miércoles pasado, Alonso Núñez, director Médico del Hospital Militar, donde fueron internados los tres militares afectados en el ataque armado, decía que el soldado Fabián Chango registraba un trauma “tóraco-abdominal”. Luego manifestó: “Me parece que los impactos recibió en el tórax”.
¿En el patrullaje, el militar fallecido tenía chaleco antibalas? Tras el hecho del miércoles, el general Fernando Proaño, comandante de la IV División del Ejército, dijo que los disparos salieron de entre los matorrales. Y que Chango “no estaba con el chaleco antibalas pero sí con el chaleco salvavidas”.
En cambio, el viernes, el coronel Fausto Berrezueta, comandante de la Brigada de Selva 19 Napo, asentada en Orellana, fue menos específico: “Estamos averiguando si llevaban chalecos antibalas. Eso no se puede descifrar”. Según el oficial, el tiro fue frontal y un soldado ecuatoriano habría disparado al aire.
Los padres de Chango dijeron que tampoco han recibido noticias respecto de la ayuda económica y a los aportes por los ocho años de servicio militar de su hijo. El Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa) corrió con los gastos del sepelio y del traslado de Chango a su tierra natal, Latacunga.
Sin embargo, sus padres esperan que las Fuerzas Armadas los ayuden para que los hijos del militar continúen estudiando. “No hemos hecho ningún trámite, no sé si darán una pensión o algo de dinero por los años de servicio como soldado”.
La respuesta del Gobierno
Ayer, en la cadena sabatina, el presidente de la República, Rafael Correa, señaló que el ataque en el que murió el militar fue seguramente obra de traficantes de combustible al servicio del narcotráfico. “Parece que no eran sen-cillamente contrabandistas de combustible, porque esa gente no es tan violenta”, sostuvo el Primer Mandatario, quien añadió que seguramente los autores del atentado fueron traficantes de hidrocarburos, que son usados como insumos en laboratorios de droga para el procesamiento de la cocaína.
Según una publicación de la agencia AFP, el viernes, el comandante Proaño, descartó que la acción hubiera sido cometida por una guerrilla colombiana y la atribuyó a contrabandistas que aprovechan los precios más bajos de los combustibles ecuatorianos.
Correa consideró una tragedia al hecho ocurrido en la provincia de Sucumbíos, cuando los militares ecuatorianos fueron atacados desde embarcaciones supuestamente colombianas en el río San Miguel, mientras interceptaban una motonave que ignoró una orden para detenerse, según el Ejército de Ecuador.
“Me decía el jefe del Comando Conjunto (de las Fuerzas Armadas, el general Ernesto González) que el problema también es que nuestros soldados tienen miedo, porque ya hubo encontrones en la frontera, hubo muertos y siempre son demandados nuestros soldados” , refirió Correa.
Añadió que probablemente los soldados atacados no siguieron el procedimiento del caso por temor a que los acusen de exceso de violencia. “Yo no quiero víctimas en ningún lado, pero no voy a permitir tampoco que las víctimas, los caídos, sean del lado de nuestras FF.AA., de los que están protegiendo la patria, de los que están haciendo cumplir la ley”.
Otros detalles
Miriam, hermana de Chango, contó que el sueño de Fabián siempre fue ser militar. “Por eso, apenas cumplió 18 años ingresó a la Escuela de Formación de Soldados de Ambato”.
Un boletín difundido por el Ejército ecuatoriano informó que a las 06:10 del 16 de noviembre detectaron una embarcación que supuestamente iba con combustible.
Cuando trataron de hacer el control esta huyó. Luego fue detenida, pero aparecieron dos embarcaciones más y sus ocupantes dispararon con carabinas.
Otros afectados; a más de Fabián Chango resultaron heridos Javier E. y Rommel M. Se esperan los resultados de los exámenes.