La llegada del cadáver de Noemí A., de 12 años, estaba prevista para la tarde de ayer en Guayaquil.
La niña ecuatoriana fue hallada muerta, el pasado 11 de marzo, en una habitación de una casa-hogar ubicada en México.
La Fiscalía de ese país determinó que ella se suicidó colgándose con una cortina de baño en una de las habitaciones del albergue. Allí ingresó tras ser encontrada en poder de un ‘pollero’ (coyote) que intentaba llevarla a Estados Unidos para reunirse con sus padres, Martha y José, quienes viven en Nueva York.
El Diario mexicano de Juárez informó que Noemí no fue despedida como se haría en cualquier acto fúnebre, ni recibió ramos de flores. “Sobre su ataúd tampoco se colocó su fotografía o alguna esquela que refiriera su muerte, sólo se amarraron tres listones con los colores amarillo, azul y rojo que representan la bandera de su país”, informó el rotativo en su página web.
El cadáver salió ayer del aeropuerto de Ciudad Juárez y partió con dirección a la Ciudad de México. Posteriormente tenía que hacer escala en Bogotá (Colombia), precisó el medio de comunicación.
A su llegada a la terminal portuaria, el cajón que contenía el cuerpo de la menor fue pesado en una báscula y después etiquetado. Luego lo colocaron sobre una plancha, en medio de contenedores de cartón y plástico.
El Diario de Juárez también indicó que Francisco Torres Bueno, cónsul de Ecuador en Monterrey, se pronunció sobre la muerte de Noemí.
“Lamentablemente nos correspondió hacer los trámites y consideramos que deberán profundizarse las investigaciones para que se pueda esclarecer un lamentable suceso”, manifestó. También advirtió que esta muerte no quedará en la impunidad y que continuará con las diligencias hasta llegar al fondo del asunto para que se castigue a los responsables del hecho.
El funcionario indicó que los padres de la menor fueron notificados sobre l traslado.
“Esta investigación la está profundizando la Procuraduría General de la República, pero más allá de una investigación formal hay una obligación moral de clarificar este hecho que enluta a una familia ecuatoriana (…)”, dijo Torres Bueno a El Diario de Juárez.
Antes de viajar a Ecuador, el cadáver de la niña permaneció una semana en la funeraria ‘Santa Rosa’. Allí, el embalsamador le inyectó 32 onzas de formol para que ella se mantenga en conservación.
Según El Diario, la falta de documentación retrasó el regreso de la menor al país. Hasta el cierre de la presente edición, el cuerpo de Noemí no llegaba a Guayaquil.