La organización criminal Cordillera, que opera en Pereira-Colombia, también estaba en Quito y actuaba con una red de sicarios y colaboradores que expendían droga en el norte de la capital.El 2 de diciembre del año pasado, la Policía detuvo a seis personas de esta mafia internacional y se las acusó de presuntos nexos con el narcotráfico y asesinatos.
Ayer, un agente señaló a este Diario que se inició una investigación para determinar si John Jairo Vasco, considerado cabecilla de un brazo armado de Cordillera y detenido en Guayaquil, tuvo que ver con unos seis asesinatos ocurridos en Quito, en el 2010.
En agosto de ese año, en la capital, un extranjero apareció descuartizado en La Pulida, en el norte. Tres meses después, también fueron acribillados cuatro africanos. Con otro ocurrió igual cosa (ver cronología). Tras la muerte de los africanos, la Policía señaló que los asesinatos se produjeron porque los extranjeros fallecidos y los narcos de Cordillera se disputaban La Mariscal, como mercado para vender drogas.
De hecho, de Vasco se conoce que es un ex policía, especializado en cursos contra guerrilla. Según la Interpol, el detenido es especialista en manejo de varios tipos de armas. Fue además instructor de grupos armados ilegales y el responsable de ordenar varios homicidios en Pereira.
Un informe de la Policía al que tuvo acceso este Diario revela que los hombres que trabajaban para Cordillera, en Quito, mantenían contactos telefónicos permanentes con al menos ocho países.
Allí aparecen Tailandia, Arabia Saudita, Pakistán, España, etc.
De allí que en el 2008 el Diario La Nación de Argentina reveló que esta organización extiende su poderío a otros países y que llegó a esa nación. Y se sostiene que “el cartel de la Cordillera, la Nueva Generación, las Águilas Negras, los de Mario y los Paisas son los viejos grupos paramilitares con nuevos nombres y una disputa muy fuerte por el control de las rutas del narcotráfico”.
La Policía colombiana dice que Cordillera tiene “una gran infraestructura que opera en los municipios de Pereira y Dos Quebradas (centro oeste de Colombia), cuyas principales actividades son el comercio de drogas al menudeo y el sicariato”.
El jefe de esta organización criminal era José Fabián Guzmán Patiño, alias ‘Niño Fabián’. Este fue detenido en marzo pasado en Colombia. Por ello, alias ‘Nico’, como también se conocía a Vasco, era considerado el sucesor de Guzmán Patiño en esta mafia.
En el informe de la Policía ecuatoriana también se identifica a Cordillera como una “columna paramilitar”, se dice que la red de colaboradores de esta organización internacional en Quito estaba “orientado a mantener el control y el mercado de determinados sectores de la ciudad”. Esto, “para el expendio de sustancias estupefacientes, a través del reclutamiento e intimidación de personas dedicadas a la ilícita distribución de drogas”.
A Julio César M. se le identificó como uno de los hombres influyentes en el grupo Cordillera y el que buscaba compradores.
Los investigadores identificaron que este grupo, conformado por extranjeros, cubría al menos tres sectores de Quito: La Mariscal, NN.UU. y centros comerciales aledaños, Villa Flora y el Recreo.
Mapas incautados en el denominado operativo Cordillera, revelaron que los narcos planificaban extender su dominio a por lo menos cuatro ciudades más.
“En los distintos allanamientos se encontraron evidencias importantes que daban a conocer la forma en la que avanzaban en la toma de todos los territorios de venta de droga en Quito”, dice el informe de la Policía, en donde se detalla la actividad delictiva.
La cronología
17/07/10
En el sector de la Rumipamba, avenida República y Mañosca se registraron crímenes. La Policía vinculó estos hechos con la organización delictiva Cordillera. Y comenzó la investigación.
14/08/10
En el sector de La Pulida, en el norte de Quito, se encontró el cuerpo de un ciudadano descuartizado. Tras la investigación, este caso se vinculó con el caso Cordillera.
18/11/10
Entre las calles Páez y Cordero, en el sector de La Mariscal (norte de Quito), cuatro africanos fueron asesinados por una supuesta disputa territorial para la venta de drogas en el sector.