Con un trabajo en cada barrio se lograría que se conozcan entre vecinos y se integren los nuevos. Así se podría conocer con qué tipo de persona convive, a qué se dedica y se tendría mayor seguridad.
La falta de integración hace que se desconozcan los problemas cercanos. En ese escenario, la delincuencia podría adueñarse de nuestro barrio o sector. Otro mecanismo es trabajar por el desarrollo y la generación de alternativas que estén orientadas a niños, jóvenes y adultos. Es importante trabajar con un enfoque global y que se tomen en cuenta los criterios de cada persona.
También hace falta un trabajo de regulación de las personas que laboran en las calles. Esto ayudaría a su distribución y garantizaría seguridad. Es necesaria mayor transparencia y colaboración de las autoridades para lograr estos propósitos.
Con los jóvenes también es fundamental plantear propuestas para su bienestar, como talleres, para así aprovechar sus destrezas y conocimientos. Los talleres harían que los jóvenes se mantuvieran ocupados y, sobre todo, que se sientan útiles. De esa manera darían seguridad, porque no se involucrarían en situaciones negativas.