La demanda del ministro de Defensa Javier Ponce a Colombia es que amplíe su presencia militar en la frontera (ver primera parte de la entrevista, publicada ayer). Su meta es emprender una reestructuración operativa y funcional en las Fuerzas Armadas de Ecuador.
En el 2009, las FF.AA. censaron 4 700 propiedades en la frontera norte. ¿Cuántas de ellas pertenecen a ciudadanos extranjeros?Se determinó que hay un porcentaje de propiedades de colombianos en la frontera, que es de un 10% y nosotros hemos solicitado al INDA (Instituto Nacional de Desarrollo Agrario) una revisión de esos terrenos.
La Ley de Seguridad prohíbe que extranjeros sean propietarios de terrenos en 20 km de frontera. ¿Cómo se cumplirá, habrá expropiaciones, acciones militares?
Tendremos que someternos a lo que el INDA determine, porque es la institución responsable de entregar títulos de propiedad sobre las tierras. Nosotros hasta donde avanzamos fue hasta determinar esa presencia y a exigir una acción sobre esa presencia.
¿Inteligencia ha establecido algún nexo entre esa presencia y actividades ilegales?
No. Es muy temprano decir eso. Apenas hemos avanzado en el catastro de las propiedades y tenemos que entrar evidentemente a una determinación de ese tipo de vinculaciones.
¿Se ha planteado la posibilidad de una reforma legal para el uso de fuerzas militares en tareas de seguridad contra la delincuencia organizada en zonas de frontera?
Esa es una decisión del Presidente de la República. Mi criterio personal es que debería ampliarse el rol de las FF.AA. en la zona de frontera, en algún momento hemos evocado la posibilidad de que haya una mayor intervención de las FF.AA., extender el concepto de seguridad fronteriza a las provincias de frontera.
¿Qué tipo de misiones?Misiones sustancialmente de apoyo a la Policía para el control de los fenómenos internos, pero que son producto de la frontera.
El Jefe del Comando Conjunto anunció en Guayaquil un recorrido por los repartos militares dentro de un plan de reestructuración de las FF.AA. ¿En qué consiste?
La reestructuración, en términos muy gruesos, tiene como objetivo el ir superando, y eso es un proceso largo, cierta autarquía, cierta autonomía existente en cada una de las tres fuerzas (Ejército, Armada y Aviación). Esto es buscar un comportamiento más de conjunto, caminar hacia unas FF.AA. conjuntas, porque ahora hay procesos en muy diversos campos en términos de la formación, de las adquisiciones, de la definición de los planes de acción, de inteligencia, que se manejan muy distintamente y con cierta autonomía en cada fuerza.
¿Unificar destrezas?
Lo que me alegra es que la idea del plan de reestructuración nació desde las fuerzas y la hemos recibido con beneplácito, busca enlazar más a las tres fuerzas, como una sola fuerza armada. Robustecer la vinculación es el objetivo fundamental de esa reestructuración y simplificar también los procesos. Un buen ejemplo es la experiencia de la Fuerza de Tarea Conjunta en la frontera norte. Sería interesante que se unifiquen los talleres, como ahora los centros de investigación tecnológica.
¿Potenciar lo existente?
Estamos pensando en una conscripción de dos años (ahora dura uno), para efecto de que los jóvenes además de recibir una mejor formación militar, sobre todo salgan con una profesión, esto es que no reciban dos o tres cursos en el proceso, sino que puedan sacar una profesión técnica, como peritos forestales, con el apoyo de la Espe. Eso no se aplicará antes de fines del próximo año.
¿Cómo ha incidido en las FF.AA. las inquietudes de algunos oficiales, capitanes y mayores, y de suboficiales que luego de la homologación salarial no tuvieron una notable mejora en el sueldo?
Ahí hay que diferenciar lo que pueden ser unas preocupaciones puntuales que existen en sectores de las FF.AA. y lo que puede significar una cierta inquietud generalizada, que pueda incidir en la inestabilidad. El tema de los capitanes, mayores y suboficiales es que cuando se hizo la homologación se calcularon mal los procesos de incremento a tal punto que resulta que si un oficial pasa de grado resulta que va a ganar menos en el grado superior. Fue un mal cálculo que lo estamos corrigiendo, hemos visto que tenemos recursos para eso.
¿En qué tiempo habrá una respuesta en ese sentido?
Bueno ya está planteada la reforma, están ubicados los recursos. Me parece que es un costo de alrededor de 12 millones lo que significarían esos aportes. Hay posibilidades dentro del mismo presupuesto ordinario de las fuerzas. Eso me imagino que estará corregido en un par de meses.
Otras inquietudes apuntan a una posible descapitalización del Instituto de Seguridad Social de FF.AA. (Issfa).
El problema es que el Issfa tiene constantemente que ir introduciendo cambios en sus sistemas, porque hay una situación que es muy compleja en términos de seguridad social: la relación pasivo-activo es de 1,7 activos por cada pasivo. Eso en términos de manejo de un programa de seguridad social es muy difícil. Hace más de un año se hizo un correctivo para limitar en el 88% el máximo a lo que se podía acceder, pero de todas maneras lo que estamos buscando es que si se implementan en el futuro medidas al Issfa sean medidas que no afecten a quienes ya tienen derechos adquiridos. Si se aplica una medida que afecte, por ejemplo, a quienes tienen hasta 10 años de presencia. Que no afecte a quienes ya tienen 20 ó 30 años y que ya tienen derechos adquiridos.
¿Hay estudios de qué pasará en 10 años?
La proyección es que si no se introducen correctivos, las dificultades podrían presentarse hacia el 2030 ó 2050, no es una cosa inmediata, pero hay claridad en que hay que hacer desde ya ciertos correctivos, todavía no hemos establecido cuáles.