La tapa blanca está recién pintada y las letras negras son provisionales. Sobre la lápida del nicho se escribió a mano ‘8 de octubre del 2011’, la fecha del crimen de Rosa (nombre protegido), asesinada de un disparo en la cabeza.
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Los investigadores que recogieron su cadáver, en la habitación de su casa en El Inca, al norte de Quito, se conmovieron al ver que la pequeña hija de 1 año intentaba despertarla. Lo ocurrido esa madrugada configura, según el Departamento de Violencia Intrafamiliar (Devif) de la Policía Judicial, un caso de femicidio.
La noche anterior, Rosa, de 21 años, había ido a bailar con su pareja en una discoteca, relata Miguel (nombre protegido), padre de la víctima, mientras camina por un terreno copado de cruces de cemento. A ese centro de diversión, según testigos, llegó el ex novio de la mujer, lo cual habría causado celos en su compañero.
Regresaron a casa a las 02:00. Miguel, quien se encontraba en la vivienda, escuchó cómo el conviviente de su hija y ella discutían. La joven le pidió que se fuera de la habitación y en ese momento llegó el ex novio, relata. El conviviente, según la familia, sacó un arma. Rosa murió con un disparo en la frente, cuando estaba acostada, junto a su pequeña de 1 año, la menor de sus tres hijos.
Según el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (OMSC), el año pasado en la capital se registraron (entre enero y septiembre) 221 homicidios. De ellos, el 11% de víctimas correspondió a mujeres.
Este año se reportó un alza porcentual. De enero a septiembre Quito registró 174 homicidios, pero el 14% de esos crímenes tuvo como víctimas a mujeres.
En lo que va del 2011, cuatro casos de femicidio causaron conmoción en Quito. Junto a la av. Velasco Ibarra, en el sector La Vicentina (centro-norte) se encontró el cadáver de una mujer en una caja de cartón. Cerca de la av. Simón Bolívar, en el sector El Troje, suroriente de Quito, fue hallado el cadáver de una mujer de 20 años, cercenado en cuatro partes y sin piernas. En el río San Pedro (La Balvina, parroquia Amaguaña, suroriente) se halló flotando a una joven de 17 años.
El 8 de octubre, en la vía Calacalí-La Independencia se encontró el cadáver de una mujer en un balde de plástico. Esa madrugada fue el crimen de Rosa, en el norte de Quito. Miguel recibió un disparo en la boca al intentar socorrer a su hija; estuvo hospitalizado seis días y no pudo ir al sepelio.
“Era buena estudiante en el colegio, pero se enamoró a muy corta edad y no terminó el bachillerato”, relata el padre de la víctima, aún con dificultad para hablar. Recién 12 días después del crimen, luego de ser sometido a intervenciones quirúrgicas, visitó el camposanto donde reposan los restos de su hija menor.
La familia de Rosa recuerda que su último novio era celoso. Relata que en una ocasión él la golpeó en la Costa y que al regresar la mujer obtuvo una boleta de auxilio. “Rosa le tenía miedo, porque él la tenía amenazada de muerte si lo dejaba”, sostiene María (nombre protegido), hermana.
Según el Departamento de Violencia Intrafamiliar (Devif) de la Policía Judicial, el femicidio en la mayoría de casos es la consecuencia de violencia intrafamiliar. Según el OMSC, de enero a septiembre del 2011en Quito se registraron 11 307 casos de violencia intrafamiliar, de los cuales el 51% se produjo en domicilios. La principal causa es los celos, en el 13% de los casos. Le sigue el consumo de alcohol, con el 6%.
Pese a esa alta incidencia, en las cuatro comisarías de la mujer y la familia de Quito en el mismo período solo se emitieron 1 319 sentencias condenatorias; es decir, hubo sanción (prisión o multa) en el 11,6% de casos.
La Fiscalía no tiene clasificados los homicidios de mujeres, incluso en Ecuador el femicidio no es considerado delito, porque no está tipificado en el Código Penal. En el proyecto de Código Orgánico Integral Penal remitido por el Ministerio de Justicia a la Asamblea se propone tipificar como delito a la violencia intrafamiliar, con penas que van desde los seis meses hasta cinco años de cárcel.
Después de la muerte de Rosa, sus tres hijos están con su madre, quien los cuida en otra casa. En el cementerio, el padre de Rosa toma las medidas de la lápida de su hija, mientras María, con la mirada perdida, dice que jamás se imaginaron que este 2 de noviembre tendrían que visitar a su hermana en ese lugar. Hoy esperan colocar la lápida de mármol y llevarle rosas, porque su nicho es el único sin flores.
Punto de vista
Jenny Pontón/ Investigadora de la Flacso
La sociedad androcéntrica, la causa
El femicidio es el asesinato de una mujer por causa de género en las sociedades androcéntricas, en las que su estructura es creada desde el punto de vista masculino y la mujer sufre discriminación y abuso por parte de los hombres.
El tema de la violencia intrafamiliar todavía no se considera como delito, ya que no hay una ley que ampare a las víctimas de estos homicidios, por parte de sus parejas.
Existen tres tipos de femicidio, uno de ellos es el íntimo, que se da cuando el homicidio es cometido por el conviviente; otro es el no íntimo, que se produce en circunstancias ajenas como robos; y otro es el femicidio por línea de fuego, por defender a los hijos en conflictos bélicos.
Para evitar este tipo de homicidios, el Gobierno y el Municipio de Quito impulsan las campañas: ‘El machismo es violencia’ y ‘Quiero andar tranquila, sin acoso en las calles’, para concienciar a las personas sobre la importancia de la igualdad de género.