Los cinco hombres vestidos con trajes militares detuvieron al convoy de camiones a un kilómetro de Las Rosas, un pueblo del departamento del Cauca (Colombia). Con sus armas de fuego apuntaron a Patricio y a Nicolás M. y los obligaron a salir del tráiler.
Los desconocidos dijeron a los ecuatorianos que eran miembros del colombiano Ejército de Liberación Nacional (ELN) y que desde ese momento los dos se convertían en ‘retenidos económicos’. Es decir, víctimas de plagio hasta recibir dinero para liberarlos.
Eso ocurrió a las 23:30 del 10 de enero del 2008, pero el martes lo recordó un agente de la Unase e hizo una revelación: “Hay sospechas de que miembros de la misma columna del ELN que secuestraron a los dos hombres tuvieron en su poder a Orlando Ibarra”.
Este empresario se escapó el fin de semana tras 766 días de cautiverio en la selva colombiana. La columna de la que los agentes tienen pistas es la denominada ‘Mártires de Barbacoa’.
¿Cómo determinaron ese nexo? Inteligencia asegura que las coordenadas de la señal de radio con que los subversivos se comunicaron para negociar el rescate eran las mismas en los dos casos. Según los investigadores, también utilizaron los mismos seudónimos.
Los primeros nueve meses permanecieron juntos, pero Patricio fue liberado, porque los guerrilleros querían concretar el rescate que exigían a los parientes.
Luego de cuatro meses de diálogos y negociaciones, Nicolás regresó con su familia a Ibarra tras un año y dos meses de ausencia.
En la Policía ecuatoriana se conoce que el monto que pidieron los captores fue de USD 500 000.
Desde 1998, la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase) de la Policía ecuatoriana ha registrado siete secuestros que el ELN ha perpetrado en contra de ecuatorianos. Los hechos se reportaron en Ibarra (Imbabura), Tulcán (Carchi) y Colombia.
Pero también hubo uno en Cuenca (Azuay). Por los siete casos, los subversivos exigieron el pago de USD 15,3 millones.
Un agente de Inteligencia señala que el ELN opera especialmente en las provincias fronterizas del norte, aunque hay rastros de la presencia en el Austro. Por ejemplo se cita el caso de Kléber L., de 74 años, quien fue plagiado, a las 14:00 del 7 de abril del 2008, en el kilómetro 86 de la vía Cuenca-Girón-Pasaje (Azuay).
Luego de dos semanas, los desconocidos pidieron a la familia del afectado USD 1 millón por la liberación. El pago no se concretó. Seis meses después, él fue rescatado por agentes colombianos y ecuatorianos en la zona de Túquerres (Nariño-Colombia).
Montos por secuestros
Las estadísticas de la Unase refieren que en este año las bandas delictivas han exigido a los familiares de los plagiados USD
7 232 500 para rescatarlos. En el 2011 fueron USD 5 738 000.
Los reportes de esa dependencia muestran que se ha evitado pagar USD 5 543 500 el año anterior y 7 105 500 de enero a agosto del 2012. A eso se suma que, en los operativos realizados en dos años, la Unase ha detenido a 41 personas en el país.
El año pasado, a escala nacional se reportaron 32 denuncias de secuestro. Pichincha es la provincia que registra la mayor cantidad de hechos con ocho y le sigue Guayas con siete. Hasta agosto del 2012, la entidad reportó 20 casos.
En la Unase no hay registros de que las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) hayan cometido delitos similares en contra de ecuatorianos.
Las operaciones ilegales
¿Cómo funcionan las agrupaciones subversivas que se dedican a ese delito? Informes policiales dicen que en estas intervienen más de 10 miembros, quienes desempeñan tareas específicas.
Un grupo se encarga de investigar los movimientos de la víctima, otro prepara el tema logístico (vehículos, verificar el sitio en donde permanecerán las víctimas y finalmente terceras personas negocian la liberación a través de teléfonos móviles o de cabinas.
A diferencia de las bandas delictivas, los guerrilleros no tienen redes de colaboradores entre la población civil. Los investigadores indican que los rebeldes operan con sus propios cuerpos armados y de seguridad.
En las indagaciones oficiales tampoco se ha determinado que ecuatorianos colaboren con subversivos para ejecutar los secuestros en el país. Sin embargo, en la frontera los grupos ilegales operan con una red de colaboradores. Ellos se encargan de la parte logística y de abastecimientos.
“El país es utilizado como una especie de granero u hospital, donde los guerrilleros vienen a conseguir comida y a curarse”, asegura un policía.
Informes de Inteligencia revelan que los líderes de las agrupaciones subversivas dan órdenes y tienen columnas móviles que van de un sitio a otro para ejecutar los secuestros y otros actos delictivos.
Eso fue lo que vivieron Patricio y Nicolás G. en el tiempo que fueron plagiados. Lo mismo sucedió con Orlando Ibarra. El Ministerio del Interior anunció que este empresario recibirá protección permanente y que la seguridad se extenderá a sus propiedades.
La presencia en la frontera
El secuestro de Orlando Ibarra colocó en estos días en la mira al ELN. En el departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador y escenario de la retención del empresario ecuatoriano, la segunda guerrilla de Colombia tiene una presencia marginal. Así lo comentó Hugo Acero, analista colombiano en temas de seguridad.
Acero puntualizó que los enclaves tradicionales del grupo se encuentran en Arauca y en la zona de Catatumbo, en norte de Santander, departamentos fronterizos con Venezuela. Igualmente opera en el sur del departamento de Bolívar, Cesar y Antioquia. Y con menos fuerza está en los departamentos del Cauca, Valle del Cauca y Nariño, en el suroccidente del país vecino.
Ariel Ávila, investigador de la Corporación Nuevo Arco Iris, una ONG con sede en Bogotá, se mostró más específico. “En Nariño, el ELN no tiene más de 200 de los 2 500 hombres que dispone en la actualidad”.
John Marulanda, especialista en el conflicto armado que vive Colombia, admitió que existen dudas alrededor de la autoría del secuestro de Ibarra. “Tradicionalmente, el departamento de Nariño no es área de operaciones del ELN”, señaló.
Según Marulanda, apenas una célula de la delincuencia organizada puede ser la responsable de la retención del ecuatoriano. En la frontera entre Ecuador y Colombia hay grupos armados y bandas criminales de este país, en especial la de Los Rastrojos.
“Es muy posible, como ya ha ocurrido en otros casos, que usaron el nombre del ELN o que los secuestradores pertenecieron en el pasado a esa guerrilla”, explicó el experto colombiano.
La cronología de los secuestros perpetrados en Ecuador por el ELN, según la Policía Nacional
04/10/1998 Bernardo V. fue secuestrado en Tulcán. Según la Policía, los subversivos exigieron por la liberación USD 2 millones. El 4 de julio del 2000, Rosalino V. fue plagiado en Ibarra (Imbabura).
15/06/2001 A Juan V. y Edwin V. los capturaron en Tulcán. La guerrilla pidió por su rescate USD 1,5 millones. El 26 de febrero del 2002, el ELN se llevó a Amador T. en Ibarra y pidieron USD 6 millones.
10/01/2008 Patricio y Nicolás M. fueron secuestrados en Colombia mientras se movilizaban en un tráiler. Los uniformados de la Unase informaron que los subversivos querían USD 500 000 de pago.
07/04/2008 Un grupo de desconocidos plagió a Kléver L. mientras se movilizaba junto a su chofer en un automóvil, en Cuenca. Por el rescate, los insurgentes exigieron USD 1 millón a la familia.
02/08/2010 Orlando Ibarra cayó en manos del ELN en Ipiales (Colombia). El secuestro duró 766 días (dos años). Como pago por él, los rebeldes pidieron USD 4 millones.
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