El tráfico ilegal de personas es un delito que aún está impune. Estadísticas de la Policía Judicial revelan que entre enero y junio hubo apenas siete denuncias. Para la Policía esta cantidad es un subregistro que no representa ni el 1% de los casos que ocurren en el país.El tráfico ilegal de personas está estipulado en el artículo 440 del Código Penal y se sanciona con reclusión mayor ordinaria de entre cuatro a ocho años.
El subdirector del Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes (SJRM), Pablo Araujo, explica que no hay avances respecto de las denuncias presentadas en la Fiscalía. Por eso, dice, que en este tema “no se ha hecho mucho”.
No obstante, cuando se conoció que un emigrante ecuatoriano que intentaba llegar a Estados Unidos sobrevivió a una matanza en México, la Fiscalía General remitió dos comunicados. En uno de ellos se anunció que Washington Pesántez dispuso que se inicie una indagación previa de oficio. Más tarde, en este organismo, se señaló que en el 2009 se abrieron 143 investigaciones. Y entre enero y junio de este año, 51.
En Azuay, provincia tradicionalmente con población emigrante, la Policía dice que en los últimos cinco años no hay ‘coyoteros’ detenidos. Franklin Ortiz, de Movilidad Humana de la Pastoral Social, indica que “son pocos los que cumplen condenas por estafa o por tragedias en alta mar o en tierra”.
En esta provincia se conoce que los coyoteros van a los pueblos a ofrecer sus servicios a los potenciales viajeros. Trabajan en redes.
La gente los identifica, porque llegan en carros de lujo. Así contactaron al sobreviviente de México, quien pagó USD 11 000 para que lo llevaran a los EE.UU.
A uno de los coyoteros, los vecinos lo conocen como Carlos y lo describen de mediana estatura y trigueño. Según la gente, esta persona ha llevado a más de una veintena de emigrantes a Estados Unidos. Los pocos que consiguieron llegar, lo hicieron luego de tres intentos. La ruta ofrecida y los costos se mantienen. Según los testimonios de los afectados, hasta Guatemala los llevan en avión y de allí van en carro o caminando por las fronteras. Esto les cuesta entre USD 10 000 y 15 000.
Las autoridades dicen que quieren frenar estos problemas. La mañana de ayer, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, José Serrano, presentó en la Fiscalía una demanda por coyoterismo.
La idea es que se inicie la investigación para encontrar al responsable que reclutó al sobreviviente ecuatoriano para trasladarlo por vía terrestre y marítima a EE.UU.
Con base en el artículo 164 del Código de Procedimiento Penal, Serrano solicitó a la autoridad competente que “se ordene la determinación de los autores de estos hechos y posteriormente se dicten las medidas cautelares correspondientes en su contra”.
Junto a Serrano estuvo Lorena Escudero, secretaria del Migrante, quien informó que un equipo técnico de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami) viajó a Cañar para contactarse con la familia del afectado. Además, precisó que el Gobierno puso a disposición de la Senami y de la Cancillería el avión presidencial para, de ser necesario, viajar con una comisión hasta Tamaulipas (México) y prestar apoyo al Cónsul de Ecuador en dicho país.
Serrano le pidió al fiscal Washington Pesántez que el caso sea investigado a fondo, pues el coyoterismo es un delito de acción pública. Solicitó que se ordenaran medidas cautelares en contra de los individuos que se dedican al tráfico de personas. Una prioridad es que los familiares del joven atacado reciban las garantías que les corresponden. Eso implica su inclusión en el Programa de Protección de Víctimas y Testigos.
Ingresar al Programa significa que los familiares tendrán protección policial permanente. La Fiscalía también atiende a los hijos, en cuanto a educación, por ejemplo. Este Diario conoció que menos del 1% de las víctimas está en el Programa de Protección.
Escudero pidió al Ministerio de Justicia y a la Fiscalía todo el apoyo para garantizar la seguridad del ecuatoriano afectado.
La denuncia presentada por el Ministerio de Justicia y la Secretaría del Migrante se anexó a la indagación iniciada en la mañana, con base en las notas de prensa.
“Me solidarizo con el compatriota que se encuentra herido y con los familiares de otros ecuatorianos que probablemente han sido víctimas de estas redes de delincuencia internacional organizada”, dijo Pesántez. Lo hizo al reiterar que, a través de la Fiscalía de Azuay, los familiares del ecuatoriano sobreviviente serán vinculados al Programa de Protección a Víctimas y Testigos.
También, cuando en la mañana se conoció que entre las víctimas mortales estaría otra ecuatoriana, la Senami dijo que comenzó a buscar a los familiares e hizo una aclaración. “Solicitamos de manera comedida a los medios de comunicación mantener la mayor prudencia en el tratamiento y manejo del tema. Pedimos que se proteja la integridad de los familiares, pues las condiciones de este hecho hacen prever la necesidad de considerar medidas extremas de protección”.
Según información que proviene de México, los 72 fallecidos habrían sido secuestrados el fin de semana y la matanza se habría producido porque el grupo se negó a trabajar con sus secuestradores. Tras recoger el testimonio del ecuatoriano, las autoridades de ese país señalaron que los integrantes de Los Zetas dijeron al grupo que si aceptaban la propuesta, les pagarían USD 1 500 cada 15 días.
La cronología
2005
84 ecuatorianos fueron deportados desde Guatemala. 61 hombres, 16 mujeres y siete menores de edad intentaron ingresar a los EE.UU. por vía marítima.
2005
88 náufragos llegaron
a Manta. 45 ecuatorianos y 43 peruanos trataron de ingresar a EE.UU., pero la embarcación que los llevaba quedó a la deriva en Costa Rica.
2006
113 emigrantes fueron capturados al noroeste de las islas Galápagos. Ellos arribaron a Guayaquil y fueron recibidos por autoridades navales y policiales para iniciar las investigaciones.
2007
La Policía frustró la salida de 75 emigrantes azuayos. Fue el 17 de octubre en un operativo relámpago que se llevó a cabo en el sector de Súa (sur de Esmeraldas).
2009
80 emigrantes fueron detenidos en El Salvador. Entre ellos hubo cinco ecuatorianos y a 75 asiáticos que viajaban hacia EE.UU. El barco zarpó sin permiso, desde Manta.
Entrevista
Flor María Haro / Directora Familia Sin Fronteras
‘Nadie se preocupa de prevenir’
Redacción Sociedad
El emigrante ecuatoriano siempre es vulnerable a sufrir alguna tragedia como la matanza de México. ¿Qué hace el Estado ecuatoriano para prevenir aquello?
Entre las políticas vigentes hay una de inmediata atención, hecha desde un estudio de las necesidades del emigrante, pero no desde las inconformidades de la población en general. No existe una preocupación real por crear políticas que pueda prevenir situaciones lamentables. Es costumbre acudir en ayuda cuando han sufrido alguna desgracia, como repatriar a compatriotas fallecidos en el extranjero.
¿Quizá falta una mejor visión de las propuestas?
Por ejemplo, los planes Cucayo, Bienvenidos a casa y otros de la Senami solo están enfocados en función de la población que ya se fue. Sin embargo, no hay preocupación por la gente que está aquí y que sueña con irse al extranjero.
Pero hay una infinidad de programas desde los diversos organismos.
Sí, desde el Municipio y el Gobierno, pero no hay una metodología específica que vincule a la población. Hay demasiada burocracia y barreras que hacen que la gente se aleje de las ofertas.
¿Qué tipo de metodologías o políticas debe existir?
Debe hacerse un estudio a la población, en especial a familiares de emigrantes, para saber qué pretenden a futuro. Ellos lo único que tienen en mente es salir del país. Si bien se está iniciando con políticas de protección social, a través de iniciativas como las de la Senami y otros ministerios, la gente no se siente conforme.
¿Y qué efectivo resulta el control al coyoterismo?
Seguimos con una cantidad de coyoteros en el país o de gente que usa a nuestra población como ‘mulas’ para el narcotráfico. Pero no hay una metodología concreta de prevención.
¿Acaso las leyes no han surtido efecto?
La Policía de Migración tiene una campaña promocional que convoca a denunciar al coyoterismo, pero no hay un trabajo directo con la población sobre la prevención para evitar las salidas al extranjero, a través de los coyoteros. Falta trabajar más en una campaña que incluso involucre a los medios con mensajes sobre lo que está ocurriendo. Nadie se preocupa de evitar su situación.
Pero la gente sigue migrando, pese a todos los peligros.
No están conscientes que por la crisis económica destinos como EE.UU. ya no son una panacea.