Caso de cohecho revela supuesto seguimiento a ex fiscal Pesántez

En agosto del 2010.  José Serrano y Washington Pesántez  hablaron de un tema de migrantes.

En agosto del 2010. José Serrano y Washington Pesántez hablaron de un tema de migrantes.

Una gruesa voz masculina contestó el teléfono. Se trataba de una de las 10 personas llamadas a juicio por un supuesto cohecho al negociar cargos en el sistema judicial. El hombre quería hablar sobre el caso y dijo que lo haría en un local de comida rápida ubicado en el centro de Guayaquil.

Minutos después de las 17:00 dijo que se referiría al tema, pero desde la oficina de otro de los judiciales llamados a juicio. “Hemos estado callados, no porque nos falten pantalones, solo que no queríamos que el caso se vuelva político; pero ya es inevitable”, dijo Nicolás C. Abrió una caja de cigarrillos, encendió uno y el humo invadió la oficina.

En total, fueron tres personas las que llegaron al lugar. Diagonal a Nicolás C. estaba Javier C. y al frente un tercero, que no quiso revelar su nombre. Inicialmente, ellos, junto a siete personas más, fueron arrestados el 12 de mayo pasado en una cafetería, a pocos metros del Ministerio de Justicia.

Según el parte policial, firmado por el suboficial Edison Acosta, se dispuso la inmediata detención del grupo. Esto, “por tratarse de un delito flagrante”. Los judiciales dicen que el operativo fue “una trampa” con fines políticos.

De hecho, las aprehensiones ocurrieron cinco días después de la consulta popular, en donde se planteaba la reestructuración de las Cortes. Según los inculpados, su encarcelamiento, que duró 41 días, sirvió como muestra de que eran necesarios los cambios en la Función Judicial del país.

Entre los detenidos estaban tres ex colaboradores del entonces ministro de Justicia, José Serrano.

Ellos son los hermanos Juan Carlos y Francisco Piñeiros y el ex consultor privado de esa Cartera de Estado, Diego Vallejo.

En entrevista con este Diario, este último también señaló que el caso se volvió político y menciona al entonces fiscal general Washington Pesántez. ¿Es cierto que Serrano investigaba las cuentas de Pesántez? Así es, dijo Vallejo.

Luego relató una reunión que él mantuvo con el Ministro de Justicia de esa época. “Él me dice: lamentablemente ustedes están vinculados, porque Washington Pesántez no los quiere a ustedes, sino me quiere a mí. Ustedes son simplemente la punta del ovillo de todo esto”. ¿Por qué Serrano investigaba a Pesántez? “Es una buena pregunta que tendría que responder el propio Ministro (...) Sería odio, persecución, no lo sé”, sostuvo Vallejo a este Diario.

La semana pasada, en una rueda de prensa Serrano fue consultado sobre el tema de Pesántez, pero se retiró sin dar detalles.

Entre las personas arrestadas también estaban dos jueces del Guayas. Esta entidad provincial es considerada por el Gobierno como “la más corrupta del país”.

Nicolás C. advierte que la prisión fue ilegal, porque los dos funcionarios tenían fuero.

Otra irregularidad procesal que -según los inculpados- existió en este proceso es que la investigación no estuvo a cargo de la Fiscalía. Javier C. dijo que “entre las facultades del Ministerio de Justicia no está armar una unidad de inteligencia para perseguir y reprimir a la gente”.

Pero en una intervención anterior, Serrano negó que en su administración existió algún departamento similar.

Según el parte, el suboficial Edison Acosta fue avisado el 12 de mayo por Diego Vallejo, funcionario del Ministerio, para que acuda a una cafetería, porque allí“se iba a producir un posible delito de cohecho, del mismo que tenía conocimiento José Serrano”.

Además, los también colaboradores del Ministerio, Juan y Francisco Piñeiros, participaron en la investigación. Sin embargo, el día del operativo estuvo el fiscal de soluciones rápidas de Pichincha, Luis Sánchez.

En el comunicado, el Fiscal relata que pasadas las 12:00 del 12 de mayo fue llamado al despacho del Fiscal provincial de Pichincha, donde estaba encargado Miguel Palacios, para que colabore con los funcionarios del Ministerio debido a “la posibilidad de que en la tarde se vaya a producir un delito de cohecho”. Sánchez dijo: “No tuve participación en investigación alguna, antes del operativo, ni posterior al mismo”.

Según ellos, el objetivo de la reunión de esa tarde no era comprar puestos, sino conversar con Serrano sobre un plan piloto ante la reestructuración de las Cortes.

Ahora, los judiciales y los hermanos Piñeiros enfrentan un juicio por presunto cohecho. Este se ventila en la Corte Nacional.

Suplementos digitales