El sospechoso se aferró a la bolsa con dinero. No la soltó ni cuando estuvo a punto de ser abandonado por otros tres cómplices que iban en una motocicleta, en la calle Bogotá.
La escena se recreó gracias a una imagen que fue capturada anteayer, poco después de que fuera asaltado un blindado de una empresa de seguridad privada. Ocurrió dentro de una agencia del Banco Pichincha, en el norte de Quito.
La gráfica del delincuente fue enviada ayer, a través de un correo electrónico anónimo, a la redacción de este Diario.
Tras un análisis técnico-informático se confirmó que fue tomada anteayer, a las 12:59 con un teléfono celular. Solo 14 minutos después del asalto.
“Solo quiero ayudar a atrapar a los delincuentes”, señaló el emisor de la fotografía.
La Policía ofreció incluirla en su investigación y analizarla. Uno de los agentes a cargo del caso afirmó que permitirá distinguir los rostros de tres delincuentes con la ayuda de un programa de computación que permite mejorar la calidad de la imagen.
Los rasgos físicos serán cotejados con las descripciones que dieron a la Policía los testigos que observaron a los delincuentes.
“Se los buscará en la base de datos de la Policía para saber si registran detenciones anteriores y luego se dará informe a los comandos provinciales para que se haga un rastreo”, señaló el agente.
Además, en la base de datos podría haber información que los relacione con los otros hombres que participaron en el asalto. Los testigos coincidieron en que hubo al menos 15 personas.
Ocho ingresaron a la planta baja de la agencia y se encargaron de inmovilizar a los guardias de seguridad, trabajadores y clientes. Los otros siete entraron al subsuelo de la institución, en donde se encontraba el blindado. Se llevaron cerca de USD 400 000.
Durante el escape, el delincuente que se lo observa en la fotografía dejó caer un arma al piso. Esta es otra pista que está siendo analizada. Se trata de una pistola Glock, calibre 9 milímetros.
Este tipo de arma es usada por los policías, pero también puede encontrarse en el mercado negro. Se podrá conocer si perteneció a un gendarme, luego de comparar su número de serie.
Cuatro cuadras hacia el este del sitio donde se produjo el asalto, la Policía encontró otra arma. Una escopeta de marca Mosberg, que suele ser utilizada por guardias de seguridad privada.
“No podemos afirmar todavía si esa escopeta pertenece a alguna firma de seguridad, pero por las características del robo es obvio que hubo trabajo de Inteligencia”, aseguró el gendarme.
Los delincuentes conocían los horarios, la ruta y la cantidad aproximada de dinero que llevaba el blindado. Además, la infraestructura interior de la agencia bancaria; las rutinas y posiciones de los guardias de seguridad y trabajadores.