El mapa fue encontrado en uno de los departamentos que la Policía allanó en Quito. Allí, los agentes descubrieron que la red de colaboradores que montó el grupo delictivo Cordillera primero quería apoderase del mercado de drogas de La Mariscal (en la capital) y luego extender su poderío a Guayaquil, Esmeraldas, Santo Domingo (capital de la provincia tsáchila) y al centro del país.
En un informe de la Policía al que accedió este Diario, se indica que el mapa “corrobora la información existente en torno a la intención de copar no solo ciertas zonas de Quito, sino también de otras ciudades del país”.
Según la Policía, esto también se “puede colegir por documentos hallados en los domicilios de los delincuentes, donde se encontraron listados con distintas entregas de alcaloides”.
De hecho, el 2 de diciembre pasado los agentes montaron un operativo en contra de lo que ellos llamaban columna paramilitar Cordillera. Tras ese hecho, los gendarmes detuvieron a 12 extranjeros. A seis se los acusó por posibles nexos con el narcotráfico y el sicariato. Y el resto fueron apresados por indocumentados.
Luego la Policía difundió un comunicado y en el primer párrafo se hizo una declaración tajante. Allí se dijo: “la operación policial estaba orientada a la desarticulación de un grupo delictivo compuesto por supuestos sujetos paramilitares colombianos, pertenecientes a una organización denominada Cordillera, del sector de Pereira (Colombia). Estos se dedicaban a la intimidación de personas con la utilización de armas de fuego y con el propósito de reclutar gente para mantener el control del mercado de drogas en los diferentes sectores de Quito”.
Lo que ahora intenta saber la Policía es si en los crímenes cometidos en Quito supuestamente por esta organización tuvo que ver John Jairo Vasco. Este hombre, uno de los más buscados en Colombia y detenido el pasado miércoles en Guayaquil, es considerado en el país del norte como el cabecilla del brazo armado de la banda delictiva Cordillera.
“Esta organización sería la responsable del 90% del microtráfico de la droga que se vende en las principales ciudades de Colombia”, señaló el general Rodrigo Suárez, director de Operaciones de la Policía Nacional.
Una notificación de la Interpol detalla que esta mafia tiene 200 hombres que manejan el negocio de la venta de la droga y el sicariato en varias zonas de Colombia.
Otra de las actividades delictivas en las que esta organización habría incurrido -según informes oficiales- es el chulco o préstamos “gota a gota”. Esto se determinó tras el hallazgo de recibos impresos, donde constaban los montos del préstamo, nombres de los deudores y sus direcciones.
Además, se presentaron fotografías de tres motos que eran utilizadas para vender los alcaloides en discotecas y bares.
En el 2010 otro cabecilla del narco fue detenido en Quito
Ocho meses antes de capturar a 12 hombres supuestamente vinculados a la organización Cordillera, agentes detuvieron en Quito a Ramón Quintero. La Policía de Colombia confirmó que el extranjero es considerado el capo del cartel del Norte del Valle.
Tenía una orden internacional de aprehensión en Estados Unidos. En 1999 fue acusado por narcotráfico y lavado de activos en el Distrito Sur de la Florida. Estaba en la lista de los más buscados por la DEA. En septiembre del 2009, la Fiscalía de Colombia decomisó 63 propiedades que el capo tenía en Bogotá y en el Valle del Cauca. Él trasladó su influencia a Ecuador. La Unidad de Lucha contra el Crimen Organizado (Ulco) lo identificó como ‘El Caballero’. El arresto se produjo en abril, en una dulcería, en el norte.
Testigos dijeron que la aprehensión se produjo cuando el hombre se disponía a dejar el local luego de tomar un café.