Los Angeles. AFP
Mientras la Iglesia católica soporta el escándalo de los casos de pederastia, los scouts estadounidenses se encuentran ante la justicia en Portland (Estado de Washington, noroeste), acusados de encubrir durante decenas de años abusos sexuales cometidos por sus animadores.
Un proceso iniciado a mediados de marzo y que aún debe durar unas dos semanas más pone el foco en los Boy Scouts of America (BSA), organización a la que un hombre de 37 años reclama USD 29 millones por haber mantenido -según él- los brazos cruzados ante los abusos sexuales de los que eran víctimas numerosos niños y adolescentes.
El hombre, cuya identidad es mantenida en el anonimato y que usa el seudónimo de Jack Doe, es una de las víctimas de Timur Dykes, un ex animador de la rama de los scouts en el Estado de Oregon, condenado en tres oportunidades por pederastia.
Los scouts han sido llevados ante la justicia estadounidense -y condenados- en numerosas oportunidades.