Cada año se celebran las fiestas del Santo Negro, San Martín de Porres, en la población costera de Canchimalero, en el norte de la provincia de Esmeraldas. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
El comité organizador de las fiestas del Santo Negro, San Martín de Porres, que se celebran todos los años en la población costera de Canchimalero, norte de la provincia de Esmeraldas, ya recorre las comunidades asentadas en los ríos Cayapas, Santiago, Ónzole, y las que están junto al mar, para invitarlos a participar de la celebración.
Las mujeres llevan a cada pueblo una pequeña réplica del Santo para motivar a los cientos de fieles, a que participen de la fiesta religiosa en honor al bendito, que se realizará este 3 de noviembre del 2015.
Canchimalero es una población de la isla de Limones, cantón Eloy Alfaro, donde viven 100 familias dedicadas a la actividad pesquera artesanal y la producción de coco.
Allá se llega por vía fluvial saliendo desde la población de La Tola o Borbón. Se navega en lanchas por las caletas de los ríos Cayapas y Santiago, por espacio de una hora. Los visitantes pueden disfrutar del viaje observando los manglares y la variedad de aves que hay en la zona.
La celebración a San Martín se realiza desde 1967, cuando una de sus fieles se salvó de morir ahogada tras zozobrar la canoa en la que viajaba, justo en la bocana de Limones, frente a Canchimalero.
Ella asegura que San Martín la salvó de morir ahogada en medio del mar, una vez que se encomendó a él; por eso decidió construir un nicho en Canchimalero donde reposa la figura del Santo Negro, que es sacado por sus devotos cada año para realizar una romería por el mar.
Desde entonces, cada año, llegan a Canchimalero cientos de fieles y turistas nacionales y extranjeros para participar de la fe religiosa del pueblo afroesmeraldeño, mostrada al Santo milagroso.
Esta fiesta se desarrolla con una peregrinación por el mar, en la que sus fieles viajan en balsas decoradas con flores, palmeras y es presidida por el obispo de Esmeraldas, Eugenio Arellano.
En su interior están las cantoras que durante la romería evocan cánticos de alabanza y agradecimiento a San Martín.
El sonido del bombo retumba en los manglares de la zona y la algarabía de los devotos se confunde con la danza sobre las balsas, empujadas por motores fuera de borda.
Acuden devotos de La Tola, Borbón, La Barca, El Bajito, Pampanal, Tambillo, Santa Rosa, El Cuerval, Olmedo, Tolita Pampa de Oro y comunidades afros que están asentadas en el río Cayapas y Santiago.
El peregrinaje, que parte del muelle de Limones, dura más de una hora y termina en Canchimalero. Cada embarcación lleva frutas que son lanzadas a la orilla de la playa cuando arriman.
“Eso es señal de abundancia, prosperidad y agradecimiento a San Martín”, explica Daniel Mina, uno de los habitantes de Limones, quien desde hace 25 años participa de la fiesta religiosa.
Narcisa Caicedo, presidenta del comité organizador, dice que este año esperan una afluencia de unas 5000 personas. El año pasado llegaron cerca de 4000 visitantes.
El festejo empieza con una noche cultural el 1 de noviembre. El 2 se participa en una ceremonia religiosa dedicada a los difuntos y una feria gastronómica con lo mejor de la comida ancestral esmeraldeña. El 3 de noviembre, una romería por las calles de Limones y luego en el mar.
Debido a la acogida, los hoteles de la ciudad de Limones, el año pasado, colapsaron. En la isla hay 10 hoteles pequeños con una capacidad de alojamiento para 300 personas, por eso, las reservaciones se empiezan hacer con antelación, sobre todo, quienes van a estar más de un día.
Diego Andrade, administrador de un hostal en la isla, dice que hay delegaciones extranjeras de hasta 10 personas que se acomodan en un cuarto donde hay hasta cinco camas literas. Otros deciden dormir en el parque de la ciudad, aprovechando la seguridad que se dispone en toda la isla.
Con la celebración de la fiesta de San Martín se mueve la actividad turística. Los turistas extranjeros aprovechan para conocer una parte de la reserva Mataje-Cayapas, en la que están poblaciones que salen en sus balsas para ser parte de la romería por el mar, como Santa Rosa y El Bajito.
Marco Caicedo, párroco de la parroquia San Pedro y San Pablo de Limones, invitó a los ecuatorianos para que conozcan esta celebración de pueblo afroesmeraldeño, que muestra su fe adorando al Santo con arrullos acompañado del bombo y las maracas.