Mexicali, AFP
El saldo de muertos por el terremoto de 7,2 grados que sacudió el domingo la ciudad mexicana de Mexicali (noroeste) se mantenía en dos pero el número de heridos se elevó a 233, informó el lunes el gobernador de Baja California, José Guadalupe Osuna.
“Tenemos dos muertos y 233 personas con lesiones”, dijo Osuna a la cadena de televisión Televisa.
El sismo afectó particularmente las instalaciones de salud, especialmente el Hospital General de Mexicali que tuvo que ser desalojado. “Tenemos algunos enfermos a cielo abierto, hemos estado instalando carpas”, indicó el gobernador.
Cientos de automovilistas en tránsito, que regresaban de las vacaciones de Semana Santa, quedaron varados en las carreteras que van de Mexicali a Tecate y a San Felipe, que se vieron afectadas por el sismo, sostuvo el gobernador.
La carretera que conduce de la capital estatal a Tijuana, se mantuvo abierta pese a las grietas que se abrieron en varios tramos y los daños en algunos puentes.
Varias decenas de réplicas se presentaron durante la noche. Al menos dos de las réplicas registraron magnitudes de entre 4,2 y 4,9 según el Servicio Sismológico Nacional de México.
Miles de personas prefirieron dormir al aire libre, según constató un corresponsal de AFP en Tijuana.
Mexicali, capital de Baja California, fue declarada en “estado de emergencia”, para atender los daños en la infraestructura.
El jefe de la Unidad de Protección Civil, René Salvador, reportó que el suministro eléctrico y el servicio de agua fueron cortados en Mexicali.
Un vocero de la Comisión Federal de Electricidad señaló que se trabaja para restablecer en las próximas horas el servicio de electricidad en 11 de las 22 subestaciones de luz de la ciudad.
Ante esta situación, el gobernador ordenó la suspensión indefinida de las clases en Mexicali.
El movimiento telúrico también se sintió al otro lado de la frontera, con sacudidas en las ciudades estadounidenses de San Diego y Los Ángeles (California), Phoenix (Arizona) y Las Vegas (Nevada) , que no causaron heridos ni dejaron daños mayores.
El temor cundió entre los californianos, que llevan años preparándose para el “Big One”, un fuerte terremoto que los sismólogos consideran como ineludible. El movimiento fue muy fuerte en el condado de Riverside, al oeste de Los Ángeles. “Estaba en el desierto y lo sentí perfectamente”, declaró Matt Diaz, un inspector de la oficina del sheriff.
En San Diego, un grupo de feligreses reunido en el domingo de Pascua en una iglesia luterana se precipitó afuera del templo al sentir el temblor. En Los Ángeles, sólo se reportó el caso de una mujer atrapada en el ascensor de un rascacielos, según los bomberos.
Unos 3 000 hogares de los condados de Orange y San Diego estaban a oscuras a raíz del sismo, informó Jennifer Ramp, portavoz de San Diego & Gas Electric.
Para medir la fuerza de un sismo, el USGS usa la “magnitud de momento” (Mw). Un terremoto que alcanza al menos 6 en esta escala abierta, es considerado como fuerte. Los sismos más potentes de los últimos veinte años en California se remontan a 1992 y 2005. Ambos tenían una magnitud de 7,2. Asimismo, del lado mexicano, Baja California sufre frecuentes temblores sísmicos.
El sismo se localizó sobre una prolongación de la Falla de San Andrés en California. Esta zona es la frontera de las placas tectónicas del Pacífico y de Norteamérica y un lugar frecuente de temblores.
El reciente terremoto de Haití del 12 de enero tuvo una magnitud de 7,0 y mató a unas 230 000 personas mientras que en Chile el 27 de febrero un sismo de 8,8 dejó al menos 452 muertos y 96 desaparecidos.