Tradicionalmente, en Quito se han privilegiado las rutas longitudinales, debido a que la ciudad es alargada. Pero ahora la idea es trabajar bajo modelos transversales, con supermanzanas, por ejemplo. Foto: Galo Paguay / Quito
La Secretaría de Movilidad presentó este martes 5 de septiembre del 2017 ante la Comisión del ramo en el Concejo Metropolitano de Quito el plan de reorganización de rutas y frecuencias del transporte público.
Este trabajo fue realizado durante dos años por la Agencia de Ecología de Barcelona y arrojó como resultado la necesidad de modificar rutas para que mejoren los tiempos de viaje en una menor cantidad de buses.
Uno de los principales cambios será la lógica en la que se mueven los buses. Tradicionalmente, en Quito se han privilegiado las rutas longitudinales, debido a que la ciudad es alargada. Pero ahora la idea es trabajar bajo modelos transversales, con supermanzanas, por ejemplo.
Ese es el proyecto para casos como el del Centro Histórico. Según Darío Tapia, secretario de Movilidad, allí se busca cumplir dos objetivos: avanzar con los planes de peatonalización y alimentar a las estaciones de La Alameda y de San Francisco del Metro de Quito.
Se priorizarán rutas de transporte convencional si cuentan con buses eléctricos y, además, permanecerán en el servicio los troles, proque contaminan menos, debido a su sistema.
Otra novedad en el proyecto es la creación de rutas dentro de los valles de Tumbaco y Los Chillos, por ejemplo, para ampliar la cobertura.
El cocejal Sergio Garnica, que forma parte de la comisión, informó que el siguiente paso será formar mesas de trabajo para analizar de forma más profunda el proyecto y luego presentarlo ante el Concejo Metropolitano.
Garnica explicó que si bien es competencia de la Secretaría de Movilidad hacer este tipo de reformas, como ente rector en el transporte público, también es necesario que al ser un plan de tanta magnitud sea discutido en el Concejo para mejorarlo, de ser el caso, y luego apoyarlo.