Putin y los rusos desafían el frío con celebraciones masivas de la Epifanía

Un ruso y su hija se sumergen en agua helada durante la festividad de la Epifanía hoy, jueves 18 de enero de 2018, en Moscú (Rusia). Foto: EFE

Un ruso y su hija se sumergen en agua helada durante la festividad de la Epifanía hoy, jueves 18 de enero de 2018, en Moscú (Rusia). Foto: EFE

El presidente de Rusia Vladimir Putin se sumerge en agua helada durante la festividad de la Epifanía hoy, jueves 18 de enero de 2018, en el monasterio Nilov en la isla de Stolobny(Rusia). Fotos: EFE

Centenares de miles de rusos de todas las edades desafían esta noche (18 de enero del 2018) el frío para bañarse en las gélidas aguas de ríos y estanques con motivo de la celebración del Bautismo de Cristo, una de las festividades más importantes de la Iglesia ortodoxa.

"Siempre he querido hacerlo pero no me atrevía, luego me casé, tuve dos hijos y mi cabeza estaba en otro sitio, pero este año me bañaré sin falta", dijo Milana Nikolaeva, una moscovita de 36 años.

En la mayor parte del territorio de Rusia el rito, que recuerda el bautismo de Jesús por San Juan Bautista en el río Jordán, comienza alrededor de la medianoche, después de que en las iglesias se celebren liturgias y se bendigan las aguas donde se sumergen los fieles.

Un ruso y su hija se sumergen en agua helada durante la festividad de la Epifanía hoy, jueves 18 de enero de 2018, en Moscú (Rusia). 

En Moscú todo el proceso es retransmitido en directo por internet gracias a cámaras instaladas por las autoridades, aunque en la web habilitada se mostrarán únicamente planos generales de los lugares donde se celebran los baños para no violar la intimidad de los creyentes.

Con ello, se pretende, además, ayudar a la gente a elegir las pozas menos concurridas.

Se espera que solo en Moscú y su provincia se lancen a las frías aguas alrededor de 220 000 personas.

Solo en la capital se han habilitado un total de 59 pilas bautismales, todas ellas acomodadas con vestuarios y puestos de bebidas calientes.

Por la seguridad de los bañistas moscovitas velarán más de 2 500 profesionales sanitarios, policías y voluntarios.

Un ruso y su hijo se sumergen en agua helada durante la festividad de la Epifanía hoy, jueves 18 de enero de 2018, en Moscú (Rusia). 

Y si en Moscú -donde hoy cayó una persistente nevada- las temperaturas esta noche no descenderán a más de 10 grados de bajo cero, a los bañistas en Siberia, azotada por una ola de frío extremo, les esperan -50 grados.

Sin embargo, esta circunstancia no detendrá a los fieles, que, según las autoridades, acudirán en masa a darse un chapuzón.

Así, solo en la república de Yakutia, a pesar de las bajas temperaturas que obligaron estos días a suspender las clases en más de un centenar de escuelas, se han colocado 33 pilas bautismales.

Se espera que este año en el rito participen alrededor de 60 000 habitantes de la región.

Esta cifra no dista mucho de los datos de 2017, cuando en la celebración de la Epifanía en Yakutia participaron 65 000 fieles ortodoxos.

Además, este año por primera vez se abrirá una poza en un río de la localidad de Verjoyansk, uno de los dos lugares más fríos del mundo junto a Oimiakón, conocido como el "polo del frío".

"Uno de nuestros sacerdotes ya se encuentra allí y nos ha comunicado que la temperatura (en la localidad) es de 53 grados bajo cero", dijo hoy un portavoz de la Iglesia Ortodoxa Rusa en Yakutia.

Representantes de la Iglesia ortodoxa, al igual que otros años, hicieron un llamamiento a los fieles para tomar las debidas precauciones antes de lanzarse al agua de los ríos y lagos helados.

El padre Bogdán Polevói insistió en unas declaraciones al periódico ruso Komsomólskaya Pravda en que los baños son aptos solo para la gente sin problemas de salud, de lo contrario - advirtió - la manifestación de "heroísmo" puede tener nefastas consecuencias.

"No debemos hacer hincapié en el baño en las pozas. La Iglesia no se opone a esa tradición popular, pero considera más importante ese día ir a una iglesia, participar en una liturgia y recoger una garrafa de agua bendecida", aseguró el religioso.

Coincidió con él el sacerdote Gueorgui Kochetkov, quien insistió en que la Iglesia no hace diferencias entre los fieles que se sumergen en aguas heladas y los que no lo hacen.

"La Iglesia se regocija por que la gente sienta que algo cambia en su vida (tras el ritual) y quiera limpiarse así de los pecados, pero si la inmersión en el agua es tan solo parte de unos hábitos para fortalecer la salud, curtirse o divertirse, eso no tiene nada que ver ni con la fe ni con la presente festividad", dijo Kochetkov al diario Gazeta.ru.

De acuerdo con la creencia popular, el agua bendecida hoy tiene propiedades curativas y es capaz de aliviar todos los males.

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