El aroma del cacao, naranja, mandarina y papaya se dispersa en la planicie del recinto Arrastradero, cantón Bolívar (norte de Manabí).
La zona se convirtió en un valle hace cuatro años, cuando el sistema de riego Carrizal Chone empezó a enviar agua a las fincas.
Este sistema se alimenta de la represa La Esperanza, en la parte alta de Bolívar.
Esta zona y más de 80 recintos entre los cantones Bolívar, Junín y Tosagua se abastecen del sistema hídrico de la provincia, conformado por las represas Poza Honda y La Esperanza, tres trasvases y dos sistema de riego.
La Secretaría Nacional del Agua (Senagua) administra el sistema, que también abastece para el consumo humano.
En Arrastradero, los agricultores siembran todo el año plátano, sandía, arroz, cacao, pepino, tomate, maní, entre otros.
En el ingreso a esa zona, los centenarios árboles de samán forman linderos entre las fincas. Una de ellas es la de María Sabando. En dos hectáreas, María y sus hijos José y Manuel producen frutas, legumbres y plátano. El cacao crece sin complicaciones bajo la amplia sombra del plátano. La tierra se humedece pasando un día por el método de inundación.
María abre la llave. Dice que son los adelantos que “nos traen los ingenieros, ya no tenemos que buscar agua en los pozos o succionado con bombas desde el río”.
Esta es la única zona de la provincia donde los agricultores cancelan por el agua. Actualmente, los costos por el uso del agua no están regulados. Los agricultores pagan una tarifa de entre USD 6 y 8 mensuales.
David Sabando, integrante de la Asociación de Cacaoteros Fortaleza del Valle, del cantón Bolívar, afirma que el líquido es vital para su producción de cacao fino de aroma. Ellos exportan el producto a Europa y a Estados Unidos. Este año esperan vender 400 toneladas de cacao.
El riego que tienen proviene del sistema Carrizal Chone, que fue diseñado para regar 7 000 hectáreas y beneficiar a 2 500 agricultores de esa área.
Sabando asegura que el servicio está subutilizado. “Si 800 finqueros han accedido a las bondades del servicio es mucho. Algunos aún no asimilan que es más fácil abrir una llave y el agua llega a sus cultivos”.
Dice que lo que se paga en la compra de bombas de succión y tubos para extraer el agua del río como sucede en los cantones del centro de la provincia se puede pagar a la Senagua e incluso resulta más barato.
En la zona rural del cantón Santa Ana fue construida hace 30 años la represa Poza Honda. Almacena hasta 100 millones de metros cúbicos (m³) y sirve para controlar las inundaciones.
Jaime Calderón, agricultor del sitio Ayacucho, cuenta que para regar su hectárea y media de arroz instaló una red de 250 metros de tubos de PVC de cuatro pulgadas desde su finca hacia el río. Con la ayuda de una bomba succiona el agua hacia sus cultivos. Calderón no paga por el uso del agua, sin embargo tiene que cancelar por la electricidad que utiliza para accionar la bomba.
Las tierras de Calderón están en la zona de influencia del sistema de riego Poza Honda, que fue diseñado para regar 6 000 hectáreas entre los cantones Portoviejo, Rocafuerte y Sucre.
La única Junta de Agua Potable vigente está en el cantón Rocafuerte. Modesto Mendoza, agricultor de la zona baja del valle del río Portoviejo, asegura que la junta tiene su directiva, administra una retroexcavadora que alquilan a USD 20 a los usuarios.
Los canales abiertos desde donde se succiona el agua que llega desde Poza Honda reciben mantenimiento con la máquina pesada. Eso es de mucha ayuda y no pagamos por el agua, manifiesta.
7 cantones, abastecidos
El Sistema Hídrico de Manabí (SHM), compuesto por dos represas, tres trasvases y dos sistemas de riego está valorado en USD 600 millones.
Esta infraestructura ha servido para desarrollar al sector agrícola, empresarial y urbanístico de la zona centro norte de la provincia gracias al agua, comenta Juan Peláez, un consultor de proyectos hídricos. El despunte, por ejemplo, del eje industrial de Manta, es por el agua. Todo empezó hace 15 años cuando fue habilitada la planta de procesamiento de El Ceibal.
El agua que se almacena en Poza Honda además abastece a las plantas de tratamiento de Cuarto Esquinas, Guarumo y Caza Lagarto para dar agua potabilizada a los cantones 24 de Mayo, Santa Anta, Rocafuerte, Montecristi, Manta, Jipijapa y Portoviejo.
Javier Valencia, ex subsecretario de la Secretaría Nacional de Agua, en Manabí, afirma que las represas han cumplido en los últimos 30 años con sus dos objetivos básicos: control de inundaciones y dotación de agua para consumo humano y riego.
El experto es consciente que una de las falencias en la provincia es la falta de cultura de pago por el uso del agua. “Creo que los habites de los sectores urbanos deberían cancelar por el agua cruda. Las empresas potabilizadoras de Manta y Portoviejo tienen una deuda de USD 14 millones por ese concepto”.