Redacción Deportes
El peruano Regatas Lima y el boliviano Univalle finalizaron en la quinta y séptima casillas del Sudamericano de Baloncesto Femenino.
Ayer, en el coliseo Rumiñahui, Regatas derrotó a Santiago de Chile y Univalle a Malvin, de Uruguay, 92-80 y 85-70, en su orden.
La jornada de la ronda de consuelo se abrió con Univalle y Malvin, dos quintetos que durante el desarrollo del campeonato, inaugurado el pasado lunes, jamás conocieron la victoria.
Univalle, agrupado en la llave A, perdió en la zona de clasificación ante el finalista Ourinhos (Brasil), por 98-45. Después, ante Santiago de Chile (77-66) y, se repitió la historia con la Universidad de Medellín (85-58).
Su oponente cumplió una campaña similar en la llave B, con la diferencia que fue más canasteado. Cayó ante el argentino Central Entrerriano (94-73), UTE de Ecuador (128-76) y Regatas Lima de Perú (84-70).
Mientras que en la ronda semifinal que se desarrolló el viernes, las chilenas vencieron a las uruguayas (65-62) y las peruanas a la bolivianas (100-77).
Ayer, Univalle y Malvin no se jugaron más que el honor. En ese partido, el nivel técnico estuvo del lado de las ganadoras, en tanto que, a sus oponentes no les fue suficiente la garra y la entrega para sumar su primer victoria.
A Univalle le salió todo. “Pudimos cerrar el torneo con una victoria aunque esperábamos algo mejor”, explicó Miguel Acha, entrenador del ‘altiplano’.
Para este equipo, el Sudamericano sirvió para analizar jugadoras y sacar conclusiones para lo que será su actuación en los Juegos Bolivarianos, donde Bolivia será el anfitrión, en noviembre.
Malvin, en cambio, se desesperó en varios pasajes del partido y no contó con una persona que tranquilice los nervios. Solo los pocos aficionados que se dieron cita al coloso de La Vicentina las animaron y aplaudieron.
Así, en pleno partido, Juliana Dibarboure y Fiorella Martinelli discutieron por un mal pase. Por ese acto, el DT Juan Serdio las dejó en la banca durante los últimos minutos del segundo parcial.
Pero fue tanta la desesperación de las uruguayas, que el mismo Serdio arremetió contra los jueces, quienes lo sancionaron con una falta técnica; es decir, con dos lanzamientos libres.
Después, Regatas Lima se impuso 92-80 a Santiago de Chile, con lo cual, se adjudicó la quinta casilla del Sudamericano.
Paola Ferrari, del club paraguayo, fue la más destacada del cotejo con 29 anotaciones.
Ferrari, quien jugó en ligas de Estados Unidos y Europa, terminó el torneo como la encestadora más afectiva. Sumó 153 puntos. También se consolidó como la mejor triplista (18 tiros convertidos) y la más certera desde los lanzamientos libres (49).
Otra jugadora que cumplió con el Regatas fue Wynter Whitley, con 94 puntos en el torneo.
Tobar y Arroyo se despidieron
El Campeonato Sudamericano de Baloncesto Femenino que culminó ayer en Quito, fue testigo de dos hechos importantes, especialmente para los aficionados de este deporte en el país.
“Hoy (ayer) despedimos a dos grandes jugadoras. Dos personas que entregaron su vida al baloncesto”, explicó Patricio Pozo, presidente del Club Deportivo de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE).
En efecto, después de la final del torneo internacional entre UTE y Ourinhos de Brasil, María Tobar y Edga Arroyo se despidieron oficialmente.
Para Tobar, su retiro fue como siempre lo soñó: disputando una final internacional.
Colombia, en cambio, confirmó una transferencia. Se trata de Tatiana Mosquera (1,97 metros de altura), quien jugará en la
WNBA, en Estados Unidos.
Su entrenador, Ebelio Cano, manifestó que solo es cuestión de ultimar detalles. Esto se definirá en los próximos días.