El tipo de servicio de Internet que requiera un cliente es clave para que la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) instale su paquete de servicios. Al momento de solicitar una instalación en su matriz de Atención al Cliente, en la av. Eloy Alfaro, el asesor que atienda al usuario indagará sobre el tema.
El propósito, según Diego Aulestia, jefe de Ventas Masivas de la CNT, es que la empresa conozca exactamente cuál es el requerimiento y a la vez poder informar correctamente al cliente.
Eso es lo que sucedió con Eugenia Bermúdez, después de que solicitara el turno de atención. Ella necesitaba que la entidad instalara Internet en su vivienda para su uso personal y el de sus hijos, que llegan del colegio en la tarde a hacer sus deberes. La espera duró 10 minutos, pues la sala del departamento de servicios estaba llena.
Un asesor de la Corporación la recibió y escuchó su requerimiento. Una vez que Bermúdez dio todos los detalles, el asesor verificó en el sistema la capacidad de instalación en San Antonio de Pichincha, sector en donde reside la usuaria. El sistema no tardó en arrojar los datos de disponibilidad en el sitio.
En ese momento, el asesor le explicó a Bermúdez los beneficios de contratar cada uno de los siete planes residenciales que ofrece la Corporación. Todo depende de cuántas máquinas utilizará, con cuántas aplicaciones (programas de video, música, descargas…) y el tiempo de conexión que requiera el usuario.
La necesidad de Bermúdez era que la navegación sea rápida y que puedan conectarse varias máquinas a la vez. El asesor le ofreció dos paquetes: uno de 300 y otro de 500 Kb por segundo. A pesar de que le recomendó que si ella o sus hijos requerían utilizar aplicaciones como YouTube, para ver videos o descargar música en el equipo, era mejor que adquiriera el plan de 500 Kb por segundo. El costo de los planes va desde los USD 18 sin IVA. Por ejemplo, a Bermúdez le tocaría cancelar mensualmente USD 24,90 más IVA por el plan de 500. En la explicación de los planes de Internet y sus beneficios, el asesor no tardó más allá de 10 minutos. Bermúdez se animó a contratar el plan de 500, por lo que en ese momento firmaron un contrato por el servicio. El asesor solicitó como requisitos: copias de la cédula de ciudadanía y de la papeleta de votación y un teléfono de referencia (el último le sirvió también para ver la ubicación exacta del lugar de instalación).
Bermúdez entregó los documentos y firmó el contrato. La instalación tiene además un costo de USD 50, pero si el cliente solicita que los pagos por el consumo sean debitados de su cuenta en el banco o por medio de la tarjeta de crédito, ese pago se anula. “Eso es como un beneficio o una promoción para los clientes. El fin es que se evite realizar filas para cancelar cuando hay otras vías más cómodas”, explicó Aulestia.
El asesor le informó a Bermúdez que la instalación estaría lista en máximo 5 días laborables.