En el centro de Sangolquí hay moradores que muestran su malestar. La razón es la cercanía de sus viviendas y locales comerciales a los cables tendidos los postes de alumbrado público. Ante esto, hay vecinos que piden se realice el soterramiento.
Diego Díaz se refiere a dos preocupaciones: que los cables estén cerca de las ventanas y que el ornato de la ciudad esté afectado, ya que hay sitios que parecen verdaderas enredaderas. “Esta situación debe cambiar”.
Para Marco Andrango, dueño de una relojería, la maraña de cables representa un peligro. “El cableado no debería pasar cerca de las casas por seguridad de los moradores”.
El hombre de 52 años coincide en que las autoridades deben dar soluciones y también plantea que una alternativa sería soterrar los cables.
Otro de los moradores, Luis Segovia, cuenta que cada vez aumenta la presencia de los cables. Él trabaja cerca de tres años en el sector y la situación ha empeorado porque no hay control. Por lo que, además, hace un pedido a las autoridades municipales para que regulen esta situación.
En Sangolquí, las autoridades todavía no tienen un plan trazado. Según Roberto Espinoza, asesor de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT), sede Sangolquí, aún no se ha coordinado con la Municipalidad de Rumiñahui y con la Empresa Eléctrica (Quito) para realizar los trabajos en el centro de la ciudad y en los demás sectores aledaños.