El soterramiento de cables en la av. Napo, en el sur de la ciudad, está a punto de concluir. Las operadoras de servicios de telecomunicaciones, que tienen cableado en los postes deberán retirarlo hasta el sábado.
Luego, la Empresa Eléctrica Quito se encargará de retirar los postes colocados en esta vía. En las dependencias de Espacio Público, entidad encargada de la obra, confirmaron que dentro de 20 días culminarán los trabajos, para luego entregar la obra a los habitantes de esta parte del sur.
En estos días, decenas de trabajadores de las diferentes operadoras y empresas que usaban los postes se encuentran en el sitio sacando los cables. Esta labor es visible desde Luluncoto hasta el sector de la Villa Flora.
Según cálculos del Municipio de Quito, los beneficiados directos con esta obra son cerca de 100 000 habitantes de las parroquias Chimbacalle y La Ferroviara. Esta es la primera zona del sur de la ciudad donde se realiza el soterramiento de cables. Antes se lo hizo en la calle José María Alemán, conocida como la ‘J’, en Solanda, pero tomando en cuenta que se trata de un bulevar.
Esta tarea es complemento de la rehabilitación del parque Pobre Diablo, el cual fue inaugurado en agosto del 2013. Allí se construyeron canchas de básquet y vóley. Además, se instalaron máquinas de gimnasia y juegos infantiles.
A lo largo de la vía, se puede ver adoquines anaranjados, asientos de madera, árboles, jardineras y pasamanos.
Para Rogelio Buenaño, morador del sector, la obra ha cambiado la imagen del barrio. Solo espera que las personas no dañen el mobiliario que se ha instalado a lo largo de esta avenida del sur.
Mayra Cevallos, vecina, cree que se debe mejorar la vigilancia en el sector. Sobre todo en el parque Pobre Diablo, donde meses atrás se grafitearon las exposiciones fotográficas. También solicitó mayor control en las piletas.
Miguel Alcívar, otro morador, pidió mayor vigilancia policial. Él dijo que de nada valdría un bonito espacio comunitario, pero que sea inseguro y peligroso. También se recordó mayor control para evitar que los carros se estacionen en las veredas y las dañen.