Cada 10 minutos un patrullero pasa por la calle Rafael León Larrea, donde se encuentra el mirador de Guápulo, en el nororiente de la ciudad. Los vehículos que se estacionan en el lugar deben movilizarse después de la advertencia que hacen los policías a través de un altavoz. Ocho policías comunitarios recorre el sector a diario.
Juan Aulestia, presidente del Cabildo de Guápulo, muestra su preocupación sobre la creciente inseguridad en el barrio. “Cada dos semanas se produce un asalto violento en los domicilios. En una sola calle han robado a tres viviendas estas dos últimas semanas”.
Además, presume que se trata de una banda organizada que se dedica a robar domicilios y que tiene identificadas la viviendas.
Aulestia informó que las casas del sector cuentan con el sistema de alarmas comunitarias. “Es una alternativa a la delincuencia el que nos organicemos entre los vecinos, así nos apoyamos cuando algo pase. Ya estamos pendientes”. Está previsto que el sistema de alarmas se extienda a 300 casas más de Guápulo. Además, él considera que otro factor detonante de la delincuencia es el consumo de alcohol y drogas que se produce por la presencia de bares y cafeterías.
En cambio, los moradores que residen en la calle Camino de Orellana coinciden que desde hace seis meses el robo a personas ha disminuido.
Azucena Beltrán tiene un local comercial en la parte baja de unos graderíos. Ella recuerda que antes de que se iluminara el sector era muy peligroso porque los asaltantes tenían dónde esconderse.
“Todos los días bajaban las personas asustadas porque les habían robado”.
El extranjero Carlos Loria coincide con ella. Él ha vivido en ocho ciudades de diferentes países y asegura que Guápulo es el sector más seguro donde se ha instalado. “Desde hace cinco años que vivo aquí. Nunca he sido víctima de algún tipo de robo y tampoco he escuchado a mis vecinos sobre eso”.
La estrecha calle adoquinada de Guápulo se llena de vehículos en las noches , estos se estacionan sobre las veredas. El tránsito se estanca, los bares y restaurantes abren sus puertas.
Carolina Mancheno llega con su novio a una cafetería. Ella visita el lugar con frecuencia. No recuerda haber presenciado peleas, asaltos u otro tipo de delincuencia. “Vengo a estos bares desde hace años porque el sector es tranquilo. No he visto robos o peleas”. Andrés Rosero es guardia de seguridad en una residencia de la embajada Inglesa que queda en Guápulo. Él opina que los robos a personas ya no se producen.
Sin embargo, en las viviendas la realidad es otra. “Una ocasión vimos a través de las cámaras de seguridad que estaban ingresando a una casa. Llamamos a la Policía y se pudo prevenir el asalto”.
Además, Rosero señaló que el consumo de drogas entre los jóvenes se da en lugares abandonados. Al recorrer el Camino de Orellana se identifican covachas, casas abandonadas y espacios en ruinas que están pintados con grafitis y en mal estado. Los moradores coinciden que son los refugios de quienes venden y consumen droga.
Índices de seguridad
Observatorio de Seguridad. El índice de robos a personas en la Administración Centro (Guápulo) ha disminuido 8% entre febrero del 2011 y febrero de 2012.
Robos a casas. Disminuyó en un 2%. Las viviendas que fueron afectadas presentaron la denuncia pero hasta la fecha no se ha identificado a los responsables.