El Centro Cultural de la Fundación Factory 19 de abril se inauguró ayer, sin que los responsables del incendio que causó la muerte de 19 personas hayan sido sentenciados. Cuatro años después de la tragedia, Fernando Lara, abogado de las víctimas, comentó que desde el 2009 el proceso está en casación en la Sala de lo Penal de la Corte Nacional de Justicia.
Lara informó que hay 24 personas implicadas. En el 2009, el Tribunal Penal de Pichincha sentenció a 60 días de prisión a dos de ellas: a Patricia C., organizadora del evento, y a Gabriel R., quien supuestamente habría encendido la bengala. Ellas presentaron el recurso de casación.
“No estamos de acuerdo con el veredicto. Esperamos que se emita un dictamen final para acudir a instancias internacionales y exigir justicia”, comentó el abogado de la Fundación Factory.
Ayer, en el lugar donde funcionaba la discoteca se realizó una misa por el cuarto aniversario de la tragedia. Detrás del altar que usó el sacerdote Edwin Ojeda se colocaron ,sobre el piso, 19 velas blancas y las fotos de los jóvenes que fallecieron.
Según los informes periciales, el incendio se produjo durante la presentación de la banda de rock Vendimia, cuando uno de los asistentes lanzó una bengala. El material que formaba parte del escenario (esponja y madera) se prendió y el fuego se propagó. La puerta de emergencia del local estuvo cerrada con candado, por lo que las personas no pudieron salir a tiempo y se vieron obligadas a romper las paredes.
Luego de la eucaristía, el alcalde Augusto Barrera entregó a Gloria Cruz, presidenta de la Fundación Factory, las llaves del nuevo centro cultural, ubicado en la av. Maldonado y Pujilí. Allí funcionaba la discoteca donde se produjo la tragedia, el 19 de abril del 2008.
En este espacio se organizarán actos para integrar a los miembros de diferentes culturas y grupos urbanos. Hasta ahora no están habilitadas las salas para los ensayos de guitarra, bajo, batería y canto. En el edificio, ayer se exhibían fotografías de los fallecidos y gigantografías. Además, se sembrarán 19 árboles en homenaje a cada una de las víctimas. “La sociedad debe aprender a respetar la diversidad”, dijo el Alcalde.
Pedro Subía intervino en la misa. Diego, su hijo, falleció calcinado. Tenía 22 años y dejó en la orfandad a un niño de 4 meses. Él también se quejó porque el proceso judicial está estancado. “En todo este tiempo no se ha hecho nada. Es lamentable”.
Diego Subía era integrante de la banda Sepelium. Para Pedro, el niño ha suplido, de alguna manera, la ausencia de su hijo. “Tiene los mismos rasgos, el carácter, los gestos. Es muy parecido”.
Aura Santacruz, madre de Andrés Rivadeneira (otra víctima), viajó desde Tulcán para asistir a la ceremonia. Con la voz entrecortada comentó que a pesar del tiempo no ha superado el dolor por la pérdida de su único hijo.
Recuerda que él era muy amoroso y siente indignación porque no se han fijado sanciones para los responsables. “Me duele que la vida de 19 seres humanos no hayan valido nada para la justicia. Es repugnante”.
Los amigos de los fallecidos también asistieron a la misa. Diego Eivar pidió permiso en su trabajo. Su amigo, José Luis Trujillo, fue la primera víctima es ser identificada, en la morgue de la Policía Nacional. “Él vino al concierto para prestar los platos de la batería a la banda Vendimia. No entiendo aún por qué se fue el ‘Jocho’. Él era tranquilo, no hacía daño a nadie”.
Diego Brito, representante del movimiento roquero Al sur del Cielo, contó que el apoyo a los familiares de los fallecidos es permanente.
Destacó la apertura del centro cultural. “Todas las expresiones artísticas alternativas pueden hacer uso de estas instalaciones. No es solo para los roqueros”.
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El día del incendio
El concierto Ultratumba se inició a las 15:30, en las instalaciones de la discoteca Old Factory. Al final se iba a sortear, entre los asistentes, un ataúd.
Cinco bandas nacionales de rock gótico iban a presentar su show. La banda Vendimia abrió el concierto.
La discoteca estaba levantada sobre un área de 800 m². Asistieron 300 personas.
Testimonios
‘A pesar del tiempo, el dolor no pasa’
Gloria Cruz
Presidenta de la Fundación
El 2 de marzo del 2009, junto con los familiares de los otros 18 fallecidos conformamos la Fundación para la promoción de artes alternativas Factory abril 19.
Lo que buscamos es que en la cuidad haya espacios seguros para las expresiones culturales, entre ellas el rock. Cuando mi hijo (Diego Freire) murió tenía 19 años. Siempre sintió gusto por esa música. A pesar del tiempo, el dolor de perder a un hijo no pasa. El 19 de abril del 2008 marcó mi vida para siempre.
Después de cuatro años, la intención de crear espacios para el arte, la música alternativa y desmitificar al movimiento roquero se ha convertido en la bandera de lucha de los familiares de las víctimas del concierto.
Es una forma de recordarlos y mantenerlos vivos en nuestras memorias. Desde el 2008 he tenido más cercanía con el movimiento roquero, he aprendido de ellos y he asistido a las marchas y conciertos.
‘Gracias a mi hijo Josué estoy viva’
Cristina Córdova
Sobreviviente
El día del concierto llegué desde el norte con mi hijo Josué, de 1 año, a las 15:30. En la puerta, la persona encargada de la seguridad no me dejó pasar. A la mayoría de tocadas voy con él.
A pesar de mi insistencia no logré que me dejaran entrar. A las 16:05, mientras seguía buscando la forma de estar en el concierto, escuché fuertes gritos que pedían auxilio. El humo y las llamas se veían desde afuera. Le encargue mi bebé a una amiga y con otros amigos fuimos a tratar de romper el candado de la puerta de emergencia.
No pudimos hacerlo y optamos por ayudarles a romper la pared que daba al baño. Las latas del galpón quemaban, era imposible tocarlas, los gritos y los golpes se hacían menos fuertes. Desde la pared de afuera preguntaba ¿están ahí?, pero no había respuesta…
Caminar nuevamente por aquí me estremece. No quise venir por los recuerdos que me invaden, pero decidí hacerlo por la memoria de mis amigos que murieron.
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