La mujer es, básicamente, la razón de la existencia. Empezando, literalmente, por la vida, pues es el ser humano que se encarga de poner el clímax al acto de la procreación.
Pero esta función solamente es una de las que cumple la mujer en esta época. La mujer actual está capacitada para asumir todos los retos y desafíos que exige la sociedad moderna. Con los mismos estándares y capacidades que el hombre.
Aunque este ítem tiene un punto pendiente y, en mi opinión, muy maltratado: la igualdad de género. Para mí, esta igualdad no debe estar basada en reglamentos sino en principios: en cada función, puesto o nivel deben estar los mejores, del género que sean, y con iguales remuneraciones.