Cerca del parque Gabriel Mistral, ubicado en la zona de La Mariscal, hay bares, discotecas, karaokes y otros negocios. Estos locales abren sus puertas desde las 17:00 y se cierran a las 03:00.
Sin embargo, la cotidianidad del lugar se alteró el fin de semana (sábado), desde las 10:00. Hubo música. El baile se traslado al lado occidental del parque.
Los altoparlantes y el juego de luces de los bares se cambió por el sol y un equipo de sonido que puso el ambiente en ese sitio.
Allí, los habitantes del sector se juntaron para bailar salsa, merengue, reggaetón, cumbia, entre otros ritmos tropicales. Dos instructoras bailaban y guiaban a 16 vecinos que participaron de la bailoterapia. Esto fue parte del programa Quito Baila.
Las edades de los asistentes oscilaban entre los 30 y los 65 años. Todos se movían al ritmo de las instructoras de baile.
“Este sitio es el jardín de nuestras casas, pero como estaba sin cuidados, los que vivimos en el sector casi no veníamos”, dijo Xavier Cazares, vecino.
Él vive en el edificio Almagro, a un costado del parque Gabriela Mistral. Según Cazares, actualmente, por la bailoterapia, ha tenido la oportunidad de conocer a los vecinos de su edificio.
Cazares agregó que a muchas personas que habitan en su mismo edificio ni siquiera les daba la mano. Ahora, el baile es uno de los temas de conversación y la actividad se presta para intercambiar algunos diálogos.
Luego del esfuerzo físico que hubo al bailar, los vecinos se reunieron en la Administración Zonal del sector y cada uno colaboró con sánduches, bolones de verde, jugos, papas y entre todos los vecinos se sirvieron el refrigerio mientras conversaban.
Lisia Cazares es la coordinadora del programa. Ella vive en el edificio Almagro. Allí habitan 1000 personas más. Dijo que fue la cuarta vez que se reunieron para bailar en este mes. “Es una experiencia importante. Ha sido una oportunidad para conocernos entre vecinos y disfrutar de una actividad en común”.
Cazares también enfatizó en la importancia de apropiarse de un espacio público que les pertenece y no dejar que otras personas hagan del parque su sitio de encuentro para beber o delinquir.
Lola Ibarra, de la Administración Zonal de La Mariscal, es parte de esta actividad en el parque. Según ella, la iniciativa de juntarse y compartir de un espacio común fue de los vecinos. Además de bailoterapia, ya han realizado propuestas para promover actos culturales como danza, teatro, poesía, entre otros.
Byron Paredes, coordinador de Quito Baila, acompañado por tres personas orientaron a los vecinos en la coordinación de los movimientos de baile. Para él, esta actividad integra a la ciudadanía y cree que al conocerse entre ellos, en caso de inseguridad, se pueden ayudar.