En el parqueadero de los buses interprovinciales de la terminal terrestre Quitumbe, en el sur, ayer se realizó un operativo policial.
Los uniformados controlaban el estado de las llantas en los buses y el listado de pasajeros. Las unidades que tenían los neumáticos en mal estado no fueron autorizadas para salir con pasajeros y debían retornar a los parqueaderos de la terminal.
La Policía, además, realizó la prueba de alcoholemia a los conductores de los buses. Eso se cumplió en las terminales del sur y de Carcelén, en el norte.
Según la Dirección Nacional de Tránsito, con los operativos en las terminales terrestres el propósito no era aplicar allí la nueva Ley de Tránsito, sino ejecutar un plan de prevención vial.
Así, la única normativa de la nueva ley que no se pudo aplicar en las carreteras de Quito, por la falta de un reglamento, fue el exceso de velocidad. Para las otras infracciones, como manejar con licencia caducada, circular con llantas lisas o con exceso de pasajeros si se aplicó la norma vigente, que en esos casos determina la detención del conductor. Hasta el mediodía no hubo detenidos.
Gonzalo Panimboza, conductor de un bus de la cooperativa Cotopaxi, confirmó que a lo largo de la Panamericana Sur hubo ocho sitios donde la Policía controlaba a los buses.
Eso sucedió, especialmente, entre Machachi, Alóag y Guamaní. “La gente está mal acostumbrada y espera carro en la vía. Con esta nueva ley, que manda a la cárcel por llevar mucha gente, ningún conductor para”.
Ayer, hubo operativos en las Panamericanas Norte y Sur, la vía Calacalí-La Independencia, Sangolquí y Los Chillos. También hubo presencia policial en los andenes de las terminales para garantizar la seguridad de los pasajeros y el orden en las ventanillas de boletos.
A las 13:20, una extensa fila de viajeros esperaba comprar boletos para viajar a Guayaquil, Santo Domingo, Manabí y Los Ríos. Por ejemplo, en la ventanilla de la cooperativa Aerotaxi hubo dos guardias para evitar amontonamientos de gente. Los operativos serán hasta el domingo.