Testimonio. William Chicaiza.
Todos los días salgo de mi casa, ubicada en Cutuglagua en el extremo sur, a las 06:45, rumbo a mi taller de mecánica, en San Bartolo.
Por el tráfico vehicular que hay en las mañanas, mi tiempo de recorrido es de una hora. Esto, a pesar de que voy en mi carro y no en bus que hace paradas en cada esquina. A veces me demoró hasta un poco más, en esas ocasiones mis oficiales salvan mi negocio porque ellos abren el taller y atienden a los clientes, que llegan a esa hora. Si no fuera así, podría perder mi clientela.
Por eso prefiero madrugar, uno nunca sabe cuántos carros habrá en las vías, si se podrá o no circular con normalidad y rapidez. Es mejor prevenir.
Los sábados voy a mi taller en bicicleta, me demoro solo 30 minutos. Prefiero manejar la bici antes que un carro, porque tengo más espacio para movilizarme, no hay congestión y llego a tiempo. Además, ejercito mi cuerpo.
No puedo andar todos los días en bicicleta por la inseguridad. Si regreso en las noches a mi casa, de seguro me la roban, en especial en el sector de El Beaterio, donde hay bastante delincuencia. Por eso, solo la utilizo los sábados, que cierro el taller a las 15:00. A esa hora es más tranquilo y hay más gente.
El resto de la semana toca aguantar el tráfico en las calles. De verdad que es un sacrificio movilizarse en esta ciudad, pero no hay otra opción porque uno ya tiene su vida establecida aquí. Hay que aguantar.
Por mi trabajo de ejecutivo en ventas debo estar en diferentes sitios de la ciudad. Mi labor es visitar a distribuidores y proveedores.
Todos los días cruzo la ciudad de norte a sur. A veces lo hago en mi carro, otras en bus. El tiempo promedio que me toma cada viaje es de una hora y media.
Ya estoy acostumbrado a viajar mucho tiempo para ir de un lugar a otro. En esta ciudad las distancias son grandes y todo está lejos. Por eso, salgo de mi casa o de mi oficina, por lo menos, con una hora y media de anticipación. Así evito apuros o atrasos y tengo algo de tiempo para reaccionar si hay trancones.
Sí me ha pasado que llego tarde a una cita con clientes. Ahí me toca disculparme por el retraso, a veces culpo al tránsito. Es una situación incómoda. Por eso prefiero prevenir y salir más temprano. Así no sufro, no quedo mal ni me estreso cuando estoy en la vía y observo una larga fila de carros delante de mí.
Para mí, el problema con el tránsito vehicular es cuando se presenta una emergencia. Ahí la pregunta es ¿cómo nos desplazamos de un lugar a otro si en las calles hay muchos vehículos? El caos en el tránsito de la ciudad es grave, en una emergencia, podría tratarse de un caso de vida o muerte, nos sentimos muy limitados de reaccionar.
En definitiva, esta es una ciudad que tiene calles muy congestionadas y se pierde mucho tiempo en el desplazamiento de un lugar a otro.