En esta época, la calle Rocafuerte, en el Centro Histórico, se convierte en una curiosa pasarela. La gamuza, terciopelo, seda y organza son parte de la materia prima para obtener una amplia variedad de brillos y texturas para la confección de trajes, que sirven para vestir al Niño Jesús.
Hoy inicia la novena y la actividad comercial se intensificó en los últimos días. Los visitantes recorren con sus miradas los escaparates de 17 puntos de venta, donde se exhiben los modelos de los vestidos, unos más lujosos que otros. El almacén Los Ángeles es uno de los más nuevos del sector.
María Luisa González, ingeniera en Marketing, y Enrique Viteri, chef, inauguraron el local en el 2008. Ambos aprendieron sobre corte y confección, y tras cuatro años en el negocio, en el local se exhiben esculturas con trajes coloridos y originales. El Niño cañarejo, vaquero, chagra danzante, torero, franciscano, mariachi, son algunos de los diseños.
La creatividad de estos dos profesionales y las sugerencias de los clientes han sido esenciales en el desarrollo de los diseños. El traje del Papa, por ejemplo, es una réplica de una imagen que los padres de González trajeron de un viaje a Roma. “En una ocasión mi esposo soñó con el Niño Jesús vestido de rey y de ese recuerdo hicimos el traje”.
Vestir la imagen del Niño Jesús cada diciembre es una costumbre que González ha seguido por muchos años. Aunque su Niño aún no estrena el traje de este año, siempre le acompaña en su local, en un lugar especial.
Los trajes tradicionales no pierden vigencia. Desde el 1 de diciembre, la cuencana Celia Brito instaló en el zaguán de una casa, en la esquina de la García Moreno, un local. En las paredes y en el portal cuelgan decenas de trajes tradicionales en vino, verde, celeste, blanco, etc. Ella aprendió a confeccionar las capas y los vestidos con sus padres y ahora enseña lo mismo a sus dos hijas.
Otras fechas en las que la calle Rocafuerte y sus tiendas son concurridas son durante los festejos de la Virgen de El Quinche, Jesús del Gran Poder, Virgen del Cisne y Semana Santa.
En los locales, los vestidos se encuentran al tamaño y gusto de cada cliente. Nora Hidalgo, administradora de Creaciones Glenda, explica que hay trajes desde 5 hasta 150 centímetros de alto. En este local trabajan 10 costureras, todo se hace a mano y con la ayuda de modernas máquinas de coser. Una excepción es la máquina de Imelga Hidaldo.
El pasado miércoles, ella trabajaba en los bordados multicolores de un nuevo traje, en una máquina Singer, que funciona a pedal, aunque para acelerar el trabajo le adaptó un pequeño motor.
El local El Prado, quizá es uno de los más antiguos. La dueña, Isabel de Silva, explica que hace 50 años, en ese mismo local sus padres vendían ropa de trabajo. Ella cambió esa mercadería por atuendos de imágenes religiosas, hace 35 años.
Según el tamaño y el detalle, el costo va de USD 2 a USD 100. En la calle Rocafuerte también hay singulares accesorios. En el local de Sandra Mendoza hay sandalias, camisetas, gorras y ropa interior para el Niño.
La novena de Navidad
Primer día. El ángel Gabriel se le aparece a María mientras oraba. Gabriel fue enviado para anunciarle que tendrá un hijo, que es hijo de Dios.
Segundo día. A los pocos días de la anunciación, por orden de las autoridades, José y María deben viajar a Belén para el censo.
Tercer día. En estado de gestación, María viaja 130 kilómetros hasta Belén junto a José, por un camino pedregoso.
Cuarto día. Jesús está a punto de nacer, pero los esposos no encuentran un sitio donde pasar la fría noche.
Quinto día. Al no encontrar posada, José y María se encaminan a las afueras del pueblo.
Sexto día. Cuando ya perdían toda esperanza de encontrar albergue, José y María divisan un pobre portal donde se guarecen varios animales.
Séptimo día. Un ángel se aparece ante un grupo de pastores que cuidaban de sus rebaños y les anuncia que el Mesías está próximo a su nacimiento.
Octavo día. Los ángeles llegan con la estrella viajera y se posan sobre el pesebre de Belén, donde están José y María.
Noveno día. Jesús nace rodeado del amor de sus padres, los pastores y sus rebaños. Esa noche, todos lo reciben con gran júbilo. Así la fiesta de la Natividad surge como un momento de reflexión sobre el amor.